Superando al monstruo del dolorMuestra

Cómo recibir consuelo cuando no tiene ganas de hacerlo 

Cuando sientas que nunca vas a salir de los baches del dolor y la pérdida, la actitud correcta puede abrir el camino a la esperanza y ponerte en marcha de nuevo. Al perdonar a los demás y a ti mismo y al poner la fe en Dios, aun cuando no entiendes, puedes ajustar tu actitud para fortalecerte en tu duelo.

Es crucial que reconozcamos nuestros sentimientos. Los sentimientos no están bien ni mal. No eres poco espiritual por tenerlos, ni espiritua por no hacerlo. Nadie experimentará mayor dolor emocional que Jesús: "Es tal la angustia que me invade que me siento morir..." (Marcos 14:34). Sintió que iba a morir en el acto. Sin embargo, no ocultó ni negó Sus sentimientos ni se condenó por tenerlos. La negación sólo intensifica las emociones. Reconoce tus sentimientos, e independientemente de ellos, elige la voluntad de Dios y Él te fortalecerá para que puedas manejar tu dolor.

Es esencial que nos deleitemos en la Palabra de Dios a lo largo de nuestro proceso de duelo. Esta tiene sabiduría y consuelo para los que lidian con el estrés, la ansiedad, la soledad, la ira, la amargura, los sentimientos de desamparo, la depresión y los pensamientos suicidas. ¡Su presencia, Su Palabra y nuestra conexión a través de la oración son algunas de las principales formas en las que Él nos consuela! 

Todas las bendiciones de Dios se dan por gracia y se reciben por fe. Un maestro de la Biblia escribe: "Siempre estaba tratando de 'hacer' algo y dejando a Dios fuera de escena. Intentaba cambiarme a mí mismo, a mi familia, a las circunstancias que no me gustaban, incluso intentaba hacer crecer mi ministerio. Pero Dios nunca nos permitirá tener éxito sin Él. Si lo hiciera, nos llevaríamos todo el mérito. Finalmente, aprendí a orar por lo que necesitaba y permitir que Dios lo proveyera a Su manera, en Su tiempo. Cuando lo hice, entré en Su descanso". Para vivir así, debes darte cuenta de que eres importante para Dios y aprender a contar con Su gracia. Él está más que dispuesto a ayudarte sólo si dejas de lado tu actitud de autosuficiencia.