[Serie El amor de Dios por nosotros] Cómo enfrentar decisiones difícilesMuestra

Su bondad y su amor me acompañan

Cuando la situación parece más oscura, el Señor está allí para guiarte. Cuando lees el Salmo 23, te llenas de fe, seguridad y fortaleza, porque cada versículo te transmite la seguridad del salmista en su Dios amoroso y bueno. Comienza con una afirmación contundente: «nada me falta». Este sentimiento de estar completo, que nada le falta se produce por la seguridad que el Señor es su pastor. La pregunta es, ¿el Señor es tu pastor también? Porque si es así, debes estar seguro que nada te falta, así como el salmista tenía esa seguridad.

Si en este punto de tu vida, sigues con la sensación que no estás completo, que no puedes verte como se veía el salmista, entonces es necesario hacer un alto y analizar, ¿en quién has puesto tu confianza? Si ratificas que tu fe está en el Señor, entonces pregúntate, ¿conoces a tu Señor? Cuando no hay conocimiento de tu Señor, vienen dudas, cuestionamientos, sensación que Dios se olvidó de ti, que no entiendes lo que está sucediendo y no sabes qué hacer en tu vida.

Es evidente que el salmista conocía a su Señor, por eso estaba seguro de que nada le faltaba. Podemos entonces saber que su Señor lo completa en todas las formas posibles y necesarias para el ser humano. Después de esa aseveración, comienza a desglosar todas aquellas cosas que hacen evidente en su vida que en el Señor nada le falta. Habla de descanso, de nuevas fuerzas y guía en medio de las diferentes situaciones de la vida. Poéticamente lo expresa hablando de delicados pastos, de aguas tranquilas, ¿cómo lo expresaríamos hoy? Tal vez, como una tarde leyendo un buen libro junto a la chimenea, tomando un delicioso chocolate caliente, con música instrumental de fondo. Donde, cierras el libro y hablas con tu Señor en plena libertad, escuchas su guía y te deleitas en sus planes. 

Cuando conoces a tu Señor, entonces entiendes la seguridad del salmista. Sabes que no depende de ti, sino de él. Por eso puedes estar confiado y seguro en él. Sin importar la situación más compleja que puedas enfrentar, él permanece fiel. No cambia de opinión. Su amor está en ti todo el tiempo. Su paz que sobrepasa todo entendimiento te gobierna. Su gozo permanente te acompaña aún en los tiempos de angustia. Por eso puedes decir, que nada te falta cuando él es tu pastor. 

Palabra de confianza de parte de Dios

Tu bondad y tu amor me acompañan a lo largo de mis días.