[Serie El amor de Dios por nosotros] Cómo enfrentar decisiones difícilesMuestra

Difícil decisión

«¿Debería ponerla en un asilo de ancianos?» «¿Puedo seguir cuidándolo por mi cuenta?» El cuidado a largo plazo de tu ser querido puede llevarte a una decisión difícil: seguir cuidando de tu ser querido en casa o buscar un lugar de cuidados de buena reputación. La decisión de reubicar a tu ser querido y soportar una separación dolorosa requerirá un ajuste en el estilo de vida para ti también. Recuerda que no estás solo durante este tiempo de tomar una decisión en oración: el Señor está contigo para guiarte y sostenerte.

Jesús entregó el cuidado de su madre a uno de sus discípulos. Aun en la cruz, Jesús pensó en su madre. No quería dejarla sin protección y cuidado, porque esa era la responsabilidad del primogénito de la familia, según la cultura judía. Si tú no puedes cuidar a tu ser querido por alguna razón, ya sea por trabajo, estudio, lugar de vivienda, puedes delegar a alguien de mucha confianza esa responsabilidad o a una entidad dedicada a ese tipo de cuidados. En algunos países, no se considera siquiera esta posibilidad, porque en realidad la cultura dicta que ese cuidado le corresponde a la familia. Sin embargo, conseguir un lugar donde puedan cuidar a la persona también es una opción válida.

En estas decisiones intervienen varios factores. Le sucedió a la familia, donde el abuelito ya tenía 96 años y sus 8 hijos vivos se hicieron cargo de cuidarlo. Todos los hijos se reunieron y decidieron alquilar una casa, equiparla con muebles que todos aportaron. Esta decisión no fue fácil, pues cada uno tenía una situación socioeconómica diferente. Unos eran profesionales, pero la mayoría eran amas de casa sin mayor ingreso. Una de ellas tenía a su esposo con una enfermedad que lo limitaba mucho en su trabajo y su hija mejor era una niña en condición especial. Otro de los hijos tenía Alzheimer en etapa inicial. Sin embargo, a pesar de todas las dificultades, decidieron unirse para cuidar los últimos días de su padre. Realizaron un horario para que, durante dos días con sus noches, uno de sus hijos fuera a quedarse con él, lo atendiera en sus alimentos y cuidados. Al abuelito no le aquejaba ninguna enfermedad terminal, pero tenía limitaciones en la vista. No sabían cuántos años duraría así, pero todos se involucrarían en el proceso.

Jesús se entregó a Dios en oración cuando luchaba con la decisión agonizante de ofrecer su vida por causa de la humanidad. Al tomar una decisión de este tipo, hazlo en oración.

Palabra de confianza de parte de Dios

Pero que no se haga mi voluntad, sino la tuya.

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