[Serie El amor de Dios por nosotros] Cómo enfrentar la muerte y la pérdidaMuestra

Jesús tiene toda autoridad en el cielo y en la tierra

Jesús ha prometido estar contigo para siempre. Todos los días, hasta que tú partas o sea el fin del mundo. Pero contigo hasta el final, en ti hasta el final. No te abandona en los momentos difíciles, sino que te equipa y fortalece para que puedas salir en victoria de cada uno de ellos. De hecho, ya te hizo más que vencedor, para que pudieras cumplir con la tarea que te delegó. Porque nada ha salido de su gobierno y cuando dejó la tarea de hacer discípulos a todas las naciones, entonces lo hizo pensando en ti también. Y sabía que en medio de la situación tan compleja que tuviste que enfrentar, ibas a manifestar su amor y su poder.

Cuando Jesucristo hizo la delegación, sabía que habría problemas, nunca dijo que todo sería fácil. Sino que cada uno debe encontrar su manera de ser parte activa de su comisión. No todos pueden predicar y discipular a otros, pero mientras unos los hacen con aquellos que todavía no lo conocen, otros proveen en generosidad para que se siga extendiendo la Palabra. Otros trabajan para sostener a aquellos que deben ir. No todos son llamados a ir. Pero todos somos llamados al ministerio de la reconciliación. Y mientras cuidaste a tu ser querido, mostraste el amor de Dios ante muchos que no podían entender cómo pudiste dedicarte durante tanto tiempo a ese ser querido. De eso se trata, de traer a vida esas acciones que otros no tienen. Traer a vida la compasión que tiene Jesucristo por cada uno. Traer a vida la bondad del Espíritu de Dios en ti y contigo. Traer a vida la paz que sobrepasa todo entendimiento, aún en las decisiones más difíciles en la vida, pero en todo él es glorificado. 

¡Qué privilegio tan grande que Jesucristo esté todos los días contigo y conmigo! ¡Gocémonos y alabémoslo! ¡Esta vida ahora tiene mucho más sentido! ¡Toda autoridad la tiene el Hijo de Dios! No existe nada más hermoso que los hermanos estén juntos gozándose de las maravillas hechas por Dios. Que cada día de tu vida recuerdes, que está contigo y en ti. 

Palabra de confianza de parte de Dios

Yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo.

Oremos

Padre celestial, cuán agradecidos estamos por tu inmenso amor y bondad. Tu amor cada día se expresa en nuestras vidas, y en medio del dolor de ver a mi ser querido sufriendo y agonizando, allí estuviste sosteniéndome. Nunca me abandonaste. Mi esperanza está más fuerte porque está en ti. Amén.