Mateo: El evangelio del ReinoMuestra

¿Cómo es el libro?

El libro que escribió Mateo nos llega a nosotros en lengua griega. El griego de este evangelio es correcto, pero no colorido ni dinámico (como el de Marcos). No obstante, su gramática y sintaxis ponen de manifiesto un uso responsable del idioma, especialmente en términos de su capacidad de comunicación del mensaje. Por ejemplo, Mateo es el único autor neotestamentario que distingue correctamente entre eis (“hacia adentro de”) y en(“dentro de”), que Marcos parece desconocer.

Es probable que Mateo haya sido el más citado de todos los evangelios por los escritores cristianos tempranos. Sea como fuere, algunos de sus pasajes continúan siendo de lectura y estudio preferencial por parte de muchos creyentes hoy. Quizás esto es así porque su narrativa es más concisa y ordenada, con lo cual se presta mejor a su lectura pública y uso litúrgico. Contribuye también a su popularidad el hecho de que encierra un marcado énfasis e interés mesiánicos.

La presentación de Jesús como el cumplimiento de las profecías del Antiguo Testamento es un ingrediente de gran interés, que actúa como puente temático entre la primera parte de la Biblia y la segunda. A esto se agrega cierto enfoque universalista, a pesar de su perspectiva particularista judeocristiana. Mateo destaca desde el comienzo mismo de su libro el protagonismo gentil en relación con Jesús e incluso su estancia en un país gentil como Egipto. En la conclusión del evangelio, Mateo registra la gran comisión, que se extiende a todas las naciones.

Hay también en este libro elementos eclesiásticos que lo hacen atractivo para la iglesia universal. Mateo es el único evangelio que registra alguna enseñanza específica sobre la Iglesia o que parece aludir a ella de manera indirecta. Finalmente, en su libro, Mateo pone de manifiesto un profundo interés escatológico. Su sección apocalíptica es más extensa que la de Marcos (capítulos 24 y 25), y su interés escatológico se ve también en algunas parábolas, que solo él registra.