El Padre te ama, por Pete BriscoeMuestra

Día 9

El buen don de la gracia

No me juzgues. Gané mucho dinero. —Samantha Bee

En este mundo somos juzgados constantemente por nuestro desempeño, apariencia y posesiones. Aunque nunca se dice abiertamente, tu valor en la tierra se basa en estas cosas. Sin ellas, no eres nada.

Pero Dios no se relaciona con nosotros de esa manera. Debido a que Él es amor, nuestra aceptación se basa en algo completamente diferente:

”El Señor descendió en la nube y se puso junto a Moisés. Luego le dio a conocer su nombre: pasando delante de él, proclamó:—El Señor, el Señor, Dios compasivo y misericordioso, lento para la ira y grande en amor y fidelidad, que mantiene su amor hasta mil generaciones después y que perdona la maldad, la rebelión y el pecado” (Éxodo 34:5-7 NVI)

Él es misericordioso.

Ese es el Dios al que llamamos “Padre”. Su gracia cambia las reglas de todas las cosas. Él nos da lo mejor aunque no hayamos hecho nada para merecerlo.

Porque por gracia ustedes han sido salvados mediante la fe. Esto no procede de ustedes, sino que es el regalo de Dios y no por obras, para que nadie se jacte. (Efesios 2:8-9 NVI)

¿Qué puedes decir a eso? ¿Cómo respondemos a tal amor?

Dios, MUCHAS gracias por que nuestros parámetros de vida, son diferentes al del mundo. Es un alivio que me liberes de expectativas inalcanzables que cambian constantemente. ¡Ayúdame a centrarme en tu regalo, una salvación que no puedo ganar, y a encontrar su valor por encima de cualquier otra cosa! Amén.