Dios, ¿dónde estás? Con John BevereEjemplo

¿Dónde estás?

¿Hubo un tiempo en tu vida en el cual te pareció que el Señor estaba tan cerca que sólo tenías que susurrar Su nombre y ahí estaba Él contestándote?

Pero llegó el tiempo que cuando tú le dejabas un mensaje tras otro, parecía que Él ya había desaparecido totalmente de tu vida. Tal vez ahí es donde te encuentres ahora, y tu pregunta, la cual quisieras gritar en la quietud, es el clamor de muchos que se encuentran en un lugar árido y difícil: "Dios, dónde estás?".

Yo experimenté mi primera temporada de soledad siendo un creyente joven, cuando vivía en Dallas, Texas, al principio de la década de los ochenta.

Al entrar ingenuamente en esta época estéril de mi vida, yo sentí que había sido abandonado por Dios. Antes, yo solo tenía que clamar a Él y el Señor respondía instantáneamente. Yo recuerdo que contestaba rápidamente hasta la más trivial de mis peticiones. Su presencia era cercana, evidente y fuerte.

No podía entender lo que estaba pasando. Yo me ponía de rodillas, día tras día, clamando: "Dios, ¿qué es lo que está pasando? Parece que estas a millones de kilómetros aquí".

En ese entonces, yo continuaba revisando mi vida, preguntándome: "¿Qué terrible pecado he cometido?".

Pues bien, la verdad era, por supuesto como cualquier persona en el planeta, que yo periódicamente caía en el pecado, pero siempre estaba listo a arrepentirme y a pedirle al Señor el perdón que Él ofrecía. A mi entender, no había un persistente y voluntario pecado en mi vida.

"Dios, ¿por qué ya no me hablas?". Yo le preguntaba un día árido tras otro. Al sentir los cielos como de bronce, me encontré en una disyuntiva crítica: ¿me daría por vencido en mi búsqueda de Dios, sintiéndome rechazado u olvidado? ¿O seguiría insistiendo en una apasionada persecución del amor de mi alma?

Escogí la segunda opción y no fui decepcionado. Es en el desierto donde encontramos lo que verdaderamente ansiamos: ¿Dios o las cosas de este mundo? Si se lo permitimos, es en el desierto dónde Dios removerá deseos impíos y creará un corazón que lo desee a Él sobre todo lo demás.