Conocidos: un devocional de cinco días por Tauren WellsMuestra

CONOCIDOS | Día 5 | LA GENIALIDAD DEL Y

Juan escribió que Jesús vino a nosotros en la gloria del Padre, “lleno de gracia y de verdad”. 

Estoy seguro de que podría dividir a los lectores de este devocional en dos grupos: personas de gracia y personas de verdad. Hay quienes prefieren ver su mundo, su concepto de Dios, la Biblia, su fe, y a otras personas a través del lente de la gracia de Dios, y hay otros que prefieren ver todas esas cosas a través del lente de la verdad, la verdad de Dios, que arroja luz sobre nuestra pecaminosidad. Cuando confiamos demasiado en uno de esos lentes, cuando priorizamos el uno sobre el otro, nos queda una imagen distorsionada de la realidad. Si afirmamos solo uno, gracia O verdad, sin el otro, en el mejor de los casos estamos en un error. En el peor de los casos, estamos negando quién es realmente Jesús, que está lleno de gracia Y de verdad. 

Jim Collins, autor de Good to Great acuñó el término "la genialidad del y". Lo usaba en un sentido comercial, pero en un sentido más amplio, Jesús fue el verdadero creador y encarnación de ese principio. He descubierto que como creyentes, a menudo amamos la dicotomía de "esto/o" y luchamos con la tensión del "ambos/y". Nos encontramos gravitando hacia los pasajes de la Escritura de "esto/o" porque a nosotros (especialmente las personas de verdad) nos agrada cuando hay un límite definido entre dos categorías. Pero Jesús desafía las categorías. Jesús es la personificación de la “genialidad del y”. 

Toda la plenitud de la Deidad habita corporalmente en Jesús. Eso significa que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo residen en Él. Los teólogos (y nosotros, la gente común) hemos luchado durante siglos con la tensión que presenta la verdad, y también hemos luchado con la tensión entre gracia y verdad. Jesús estaba 100% lleno de gracia y 100% lleno de verdad. ¡Todo depende de eso! Un evangelio sin la verdad de la pecaminosidad humana no tendría sentido, porque ¿de qué hay que salvarse sin una verdad que exponga cómo fallamos al dar en el blanco? Un Evangelio carente del poder de la gracia no tiene sentido, porque ¿cómo podemos ser liberados de la verdad de nuestra pecaminosidad sin la gracia suficiente para liberarnos de ella? No podemos ser pesados en la verdad y livianos en la gracia o pesados en la gracia y livianos en la verdad. Cualquiera de esas opciones nos deja sin la plenitud de Jesús. Con Dios, es una dura verdad, una verdad que expone exactamente quiénes somos, y es una gracia regalada, una gracia que nos encuentra en el estado en que estamos.

Una de mis expresiones favoritas de esta unión gracia/verdad está en el relato de Jesús con la mujer junto al pozo. Como Jesús estaba lleno de gracia, no temió romper numerosas costumbres de la época para llegar a ella. Ella era una mujer, de una etnia diferente. Y cuando Jesús se acercó a ella en ese pueblo samaritano, al que no pertenecía, sus discípulos, que no entendían lo que estaba pasando, lo miraban con profunda confusión. Jesús tuvo la audacia de decirle muy claramente que tenía un pasado plagado de pecado. Después de esa dura verdad se reveló como el Mesías, el que quita el pecado. Le extendió gracia. Esta mujer le contó lo sucedido a todo su pueblo ¡y muchas personas se convirtieron en creyentes! Me encanta lo que la convenció a creer. Su testimonio fue este: “Él me contó todo lo que hice”. En otras palabras, "Él me conocía". Él sabía la verdad sobre ella y no la rechazó, condenó ni juzgó. Él le mostró el amor del Salvador.

Quiero mejorar al ser como Jesús; ser capaz de entrar en la verdad de la vida de las personas y extender la gracia de Dios. También quiero mejorar en la aceptación de la verdad de mis insuficiencias y en creer que la gracia de Dios se perfecciona en mi debilidad. En realidad, aunque nos conoce a todos, Él nos ama a todos. ¡Oh, maravilla de la gracia y de la verdad!