Conocidos: un devocional de cinco días por Tauren WellsMuestra
CONOCIDOS | Día 3 | LA INVITACIÓN
Me encanta lo que mi suegro dijo una vez en un mensaje que estaba predicando. Mencionó que Lucas 12 nos dice que Dios ha contado los cabellos de nuestra cabeza. Señaló que Dios no solo sabe la suma de los cabellos de tu cabeza, sino que también ha llegado a tener un número para cada uno. Él sabe que los cabellos número 674, 223 y 62 se salieron en tu peine esta mañana. Sabe que los cabellos número 112, 332, 27, 96 y 705 son un poco más grises de lo que solían ser. Realmente nunca había pensado en ello y al principio me pareció gracioso. Luego sentí todo el peso y la realidad de la verdad implícita en ese versículo. Dios ve, investiga y realiza un seguimiento de cada… único… detalle… acerca de sus hijos. No pasa por alto una peca, una cicatriz, un dolor, un momento o un detalle de nuestras vidas. Al considerar esta profunda verdad, mi corazón hace eco con el de David al darse cuenta de que los ojos del Maestro están sobre él y le pregunta: "¿Quién soy yo para que te acuerdes de mí?" Asombroso. ¿Puedes entender eso con tu corazón?
Otra verdad importante se encuentra en esa misma línea de pensamiento. Hace poco leí el libro de Peter Scazzero El líder emocionalmente saludable, y en él señala algo que me llamó la atención. Sugiere que aunque Dios tiene pleno acceso a la información sobre nosotros, no significa que tenga pleno acceso a nosotros. El acceso a la información y la invitación a la intimidad son dos cosas muy diferentes.
David alude a esto en el Salmo 139. De hecho, usa los versículos 1 al 22, veintidós versículos completos, para hablar de cuán íntimamente somos conocidos por Dios. Podrías resumir el pasaje así: “¡Señor, tú tienes toda la información sobre mí! ¡No hay nada que no sepas! Pero luego, en el versículo 23, David clama: “¡Examíname, oh Dios!” Que esa sea nuestra oración. “Señor, no queremos que sólo conozcas los detalles; Te invitamos a entrar en ellos”.
Creo que el enemigo de nuestras almas quiere que nos conformemos con tener una relación con Dios basada en la información. Ese tipo de relación nos da un sentido falso de lo que significa conocer a Dios y de ser conocido por Él. Consideremos a Adán y Eva. Creo que cuando Satanás los tentó con el fruto prohibido, sabía cómo responderían al fracaso. Sabía que tan pronto se dieran cuenta de que estaban descubiertos, se esconderían. La respuesta de la humanidad al fracaso no ha cambiado desde entonces. Todavía nos escondemos, y la distancia que intentamos poner entre Dios y nosotros es exactamente lo que Satanás quiere. Es lo que siempre ha querido.
Creemos que cubrirnos y aislarnos de la presencia de Dios es más seguro que revelarnos e invitar la presencia de Dios a nuestra lucha. Pero ¿cuál fue la respuesta de Dios a Adán y Eva? No preguntó qué hicieron. Él ya tenía esa información. Les preguntó dónde estaban. Quería saber si lo invitarían a ver su fracaso. En tiempos de dolor, soledad o fracaso, tendemos a escondernos de Cristo, pero, escuchen esto, amigos, debido a su sacrificio por nuestros pecados, ahora podemos escondernos en Cristo. Es tal como dijo Pablo en Romanos 8:1: "Por tanto, ninguna condenación hay ahora para los que están en Cristo Jesús".
Escrituras
Acerca de este Plan
Mi nueva canción "Known" es muy significativa para mi camino de fe. Mi deseo es que un día todos estemos dispuestos a salir de la desesperanza a la esperanza, del dolor a la sanidad, de la lucha a la rendición; que contemplemos alrededor de la habitación, al pie de la cruz, mirándonos unos a otros y escuchemos a Jesús decirnos que no estamos solos. Gracias por acompañarme en este viaje. -Tauren Wells
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