Una Iglesia Feliz y SaludableMuestra

Responsabilidad: Su actitud importa Si yo me he descarriado y alguien va a tratar de volverme a enderezar, es seguro que será de ayuda si la persona se acerca con humildad porque, como todavía soy inmaduro, si siento que alguien me está imponiendo algo, voy a retroceder y a hacer lo contrario, solo para demostrar que el otro no me puede tratar mal. Cuando vea a alguien cuya vida vaya en una espiral descendente, y usted se arme de valor para intervenir, la actitud lo es todo. Ame a esa persona lo suficiente como para arriesgarse a que lo rechace; hable con corazón arrepentido y voz suave. Santiago nos dice: “¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? Muestre por la buena conducta sus obras en sabia mansedumbre” (Santiago 3:13). Esa sabia mansedumbre no llega con facilidad; si usted la tiene es porque ha aprendido de la manera difícil algunas de las lecciones que da la vida. Sus palabras pueden ser mucho más creíbles si se ha beneficiado de la ayuda espiritual de alguna otra persona.