No me gusta su actitudMuestra

¿Cuál debería ser la actitud con quien no soportamos?

Jesús vio y consideró a los demás como superiores o mejores que él, es decir, fue humilde, y debemos tener la misma ¡actitud! Según el diccionario, es la manera en la que pensamos y sentimos con respecto a una persona o situación. Cuando decimos «¡no me gusta su actitud!», nos referimos a los sentimientos, a la manera de pensar o a la expresión física. ¿Por qué nos disgustan algunos? Porque su expresión es despectiva, de superioridad, rebeldía, imposición, irrespeto, disgusto, desagrado, desprecio o rechazo.

Hace años, mientras le traducía a un pastor reconocido, él solicitó, en medio de la predicación, que me cambiaran. Pensé que bromeaba, incluso traduje su petición, pero después me di cuenta de que era cierto: ¡quería bajarme! Muchos se levantaron y dijeron que yo hacía un buen trabajo, pero él insistía. Todos me miraban: salí humillado y dolido. Mientras escuchaba su predicación, me preguntaba por qué lo hizo. No fue la traducción porque tenía el conocimiento para hacerlo. La verdad es que se sentía incómodo debido a que, cuando lo presentaron, le rindieron pleitesía y lucho con eso porque nunca le rendiré culto a un hombre. No le gustó mi actitud porque estaba acostumbrado a que lo adularan.

A pesar de sentirme humillado, asistí a todo el congreso. Cuando me veían, los demás me abrazaban y recalcaban mi situación, pero, como dice el salmista, ese sufrimiento me hizo bien porque me enseñó a prestar atención a lo que Dios me pide y estoy seguro de que mi actitud preparó el camino para lo que soy.