La gran aventura de confiar en DiosMuestra

El milagro más grande de todos

Todos estos hechos me han enseñado algunas cosas sobre la confianza en Dios:

Primero: No importa lo que yo cuidadosamente planee, el camino de Dios es diferente. Proverbios dice: «Por el Señor son ordenados los pasos del hombre, ¿cómo puede, pues, el hombre entender su camino?» Jamás me ha funcionado un plan tal como lo había diseñado originalmente. Dios siempre ha tenido en mente algo diferente. Lo único que debo hacer es confiar en Él y dar los pasos que estén claros. Él hará el resto.

Segundo: El camino de Dios siempre es el mejor. Si nos ilusionamos mucho con nuestros planes, nos decepcionaremos cuando fallen. Recuerdo que teníamos listo un helicóptero para enviarlo a Filipinas y el piloto listo para salir al día siguiente, pero recibimos una llamada diciendo que no se podía hacer esto por ahora, el proyecto quedaba aplazado. ¡Todo estaba listo! ¡Qué desilusión! Pero Dios nos dio a todos la gracia especial de confiar en Él. Dos semanas más tarde recibimos una solicitud urgente de Indonesia. Ellos necesitaban un helicóptero inmediatamente, pues el gobierno, debido a la urgente necesidad creada por un reciente terremoto, daría el permiso de entrada instantáneamente, proceso que por lo general tomaba varios años. Luego, dos años más tarde, en Filipinas estaban listos para recibir su helicóptero. El camino de Dios siempre es el mejor.

Tercero: Dios llevará a cabo sus propósitos querámoslo o no. El trabajo misionero ha progresado por las acciones, tanto voluntarias como involuntarias, del pueblo de Dios. La dispersión de la iglesia en el primer siglo fue la forma que Dios escogió para acelerar la difusión del Evangelio a todos los rincones de la tierra. Más tarde, Dios permitió que los bárbaros del norte derrocaran el Imperio romano, que permitió a su vez que el Evangelio penetrara en un mundo desconocido. El cautiverio y el martirio del pueblo de Dios, ha hecho más para difundir el Evangelio que todos los esfuerzos humanos combinados. Dios llevará a cabo sus propósitos porque son suyos.

Finalmente: He aprendido que confiar en Dios es mi camino para lograr crecimiento personal. Pienso en los miles de misioneros que han sido enviados por los Traductores Bíblicos Wycliffe con el único fin de traducir la Biblia al idioma de aquellos grupos que no la conocen. Invariablemente, muchas de estas personas regresan y cuentan que lo mejor que les ha pasado en la vida no es completar la traducción de la Biblia, por monumental que sea este trabajo, sino que al haber confiado en Dios para realizar esta misión casi imposible, han descubierto que han crecido de tal forma que se parecen más a Jesucristo.

Este parece ser el motivo fundamental de la confianza. Confiamos en Dios, no para realizar una obra, o para obtener algo, o para lograr algún propósito, sino porque Él es Dios. A medida que aumentamos la confianza en Él, lo conocemos mejor, lo amamos más y nos asemejamos a Él.

¡Ese es el milagro más grande de todos!