La gran aventura de confiar en DiosMuestra
Dicen: «Si quiere hacerlo bien, hágalo usted mismo»
Parece ser que toda la vida está basada en la confianza. Tenemos que confiar en los capitanes de los aviones o, si no, nunca los abordaríamos. Cada vez que dejamos una carta en la casilla de correo confiamos en que el servicio postal la envíe a su destinatario. Cuando nos sometemos a una cirugía confiamos en el doctor, las enfermeras, el anestesista y en las personas que ponen los vendajes. Quien haya saltado de un avión alguna vez ha tenido que confiar en el paracaídas, e incluso en la resistencia de la tela de la cual está hecho para que no se desgarre.
Pero principalmente, lo que con mayor énfasis se nos ha enseñado es a confiar en nosotros mismos. «Si quiere hacerlo bien, hágalo usted mismo», nos enseñan las personas con experiencia y sabiduría. Basándonos en este concepto, hemos desarrollado un nivel de autoconfianza bastante alto.
En resumen, la confianza es un factor esencial de la vida. Sin embargo, todos tenemos la sensación de que no hay nadie digno de confianza. Cuenta una vieja historia que un padre sacó a su hijo pequeño de la casa y lo puso encima de la baranda de la terraza. Luego descendió al jardín y desde allí le pidió que saltara a sus brazos. «Yo te recibiré», le decía el padre dándole confianza. Después de una gran labor de persuasión, el niño finalmente dio el brinco. Pero en ese momento, el padre dio un paso atrás y el pequeño cayó al suelo. Entonces el padre levantó a su hijo, le limpió el barro y le secó las lágrimas diciendo con firmeza: «¡Que esto te sirva de lección: nunca confíes en nadie!»
La historia es cruel pero la lección es eterna. Nadie es totalmente digno de confianza, ni siquiera, nosotros mismos. Es por eso que la Biblia nos dice: Confía solo en Dios y perdona y ama a aquellos que te hayan decepcionado.
Debemos tener presente que aunque la vida se base en el factor confianza, no podemos confiar en la confianza. Nos decepcionaremos y tal vez saldremos heridos. Hemos aprendido a no confiar en la publicidad, pues los anunciantes que tienen intereses creados, nos mentirían con tal de que comprásemos sus productos. Todos hemos confiado en equipos que han resultado ser poco fiables. A pesar de que mi instructor de vuelo me enseñó a confiar en mis instrumentos y no en mis instintos, he descubierto que los instrumentos también fallan a veces. Existe evidencia que el 747 de la Aerolínea Coreana que fue atacado por los rusos durante la Guerra Fría, podría haber estado fuera de rumbo porque los miembros de su tripulación confiaron o en un equipo defectuoso o en el falso convencimiento de que aunque se encontrasen fuera de rumbo nadie le dispararía a un avión comercial desarmado. Su confianza, costó la vida a muchas personas.
Escrituras
Acerca de este Plan
Debemos tener presente que aunque la vida se base en el factor confianza, no podemos confiar en la confianza. Nos decepcionaremos y tal vez saldremos heridos. Hemos aprendido a no confiar en la publicidad, pues los anunciantes que tienen intereses creados, nos mentirían con tal de que comprásemos sus productos. ¿Cómo confiaremos en Dios?
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Nos gustaría agradecer a Bernie May de acuerdo con El Centro Network por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://theseedcompany.org y https://elcentronetwork.com