La gran aventura de confiar en DiosMuestra
Dios es mi copiloto
Este lema surgió en la Segunda Guerra Mundial: «Dios es mi copiloto». En otras palabras, yo soy el capitán de este barco, está bajo mi control. Dios es bienvenido a bordo; de hecho, me siento contento de tenerlo sentado a mi lado en la silla del copiloto en caso que ocurra una emergencia. Pero no lo llamaré hasta que lo necesite y aun así, quiero recordarle que yo sigo teniendo el control.
En las iglesias sostenemos reuniones de comité, juntas de las misiones en donde nos sentamos a planear lo que creemos que Dios quiere realizar. Analizamos, consideramos desde todos los ángulos, utilizamos el consejo de los demás hombres y emitimos juicios que creemos son la voluntad de Dios para nuestro programa. Pero realmente estamos confiando en nosotros mismos. Confiamos en nuestra habilidad de adoptar y aplicar una fórmula financiera al reino de Dios con el fin de recaudar dinero, reclutar voluntarios, elaborar una lista de correos, aumentar la asistencia, conseguir trabajadores y asegurar donaciones mensuales.
Es interesante cómo muchos de estos métodos funcionan. Pero la pregunta continúa rondándome: ¿Qué tal si con humildad ponemos todos nuestros talentos a los pies de Dios y nos entregamos confiadamente a Él? Creo que si lo hiciésemos, nos trasladaríamos a una esfera de experiencias totalmente nueva. ¿Seríamos capaces de hacerlo? Para lograrlo debemos asumir que Dios es totalmente digno de confianza, que sabe qué es lo que más nos conviene, que no nos decepcionará y que nos proveerá exactamente lo que necesitamos para cumplir con nuestra tarea cuándo y cómo Él lo considere conveniente y apropiado.
El Salmo 37 dice: confía en Él, que Él actuará. Nuestro enfoque, por lo general, es justo lo contrario. Actuamos y luego dejamos que Dios arregle nuestro desorden y se haga cargo de nuestras incapacidades. El salmista enfoca el punto con la perspectiva correcta. Confía en Dios y Él actuará.
Estoy sorprendido de la habilidad de Dios para coordinar eventos aparentemente desordenados cuando las personas se entregan con confianza a Él. En medio de una reunión, recibí una llamada urgente del director de la Oficina Regional de Traductores Bíblicos Wycliffe, quien había hablado con una joven de Asia que acababa de terminar su Maestría en Comunicaciones. Como su país ya no permitía el ingreso a misioneros extranjeros, esta mujer, Thangi, había planeado regresar como misionera. Thangi, había decidido con sus padres, hacer una Maestría en Lingüística en el Instituto Lingüístico de Verano, pero le faltaban mil dólares para su inscripción que cerraba esa semana. ¿Qué crees que sucedió?
Escrituras
Acerca de este Plan
Debemos tener presente que aunque la vida se base en el factor confianza, no podemos confiar en la confianza. Nos decepcionaremos y tal vez saldremos heridos. Hemos aprendido a no confiar en la publicidad, pues los anunciantes que tienen intereses creados, nos mentirían con tal de que comprásemos sus productos. ¿Cómo confiaremos en Dios?
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Nos gustaría agradecer a Bernie May de acuerdo con El Centro Network por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://theseedcompany.org y https://elcentronetwork.com