El Arte De La Oración EficazMuestra

Gracia sobre gracia

Sin lugar a dudas, uno de los primeros resultados de nuestra permanente unión con Cristo será la práctica constante de la oración: «Pedid». Si otros no buscan, ni llaman, ni piden, nosotros al menos sí debemos hacerlo. Es obvio, que los que permanecen alejados de Jesús no oran. Aquellos en quienes la comunión con Cristo está interrumpida, sienten como si no pudieran orar; pero Jesús dice: «Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid». 

La oración brota espontánea en aquellos que permanecen en Cristo, de la misma manera que ciertas flores al estar unidas al árbol, sin presión alguna, derraman sus fragantes aromas. La oración, es la emanación natural de un creyente en comunión con Cristo. De la misma manera que la hoja y el fruto brotan de la rama de la vid, sin ningún esfuerzo consciente de parte de la rama, sino simplemente a consecuencia de su unión viva con el tronco, así también brotan de los corazones que permanecen en Cristo, los capullos de la oración dando las flores y los frutos.

La comunión habitual, brota de permanecer en Cristo. Ningún redimido necesitará que lo inciten a la oración, cuando permanece seguro de su unión y comunión con Cristo. El que mejor conoce a Cristo, conoce mejor sus propias limitaciones. El que tiene mayor conciencia de la vida en Cristo, está también más convencido de su propia muerte aparte de Cristo. El que discierne de manera más clara el carácter perfecto de Cristo, pedirá con más urgencia mayor gracia, para crecer en semejanza con Él. 

Entre más nos ocupamos por estar en Cristo, más deseo obtenemos de Él, pues sabemos que todo lo que está en Él, está puesto allí a propósito para que podamos recibirlo. «Porque de su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia». En la medida que estamos vinculados a la plenitud de Cristo, sentimos la necesidad de extraer más de esa plenitud, y uno de los medios, es la oración inteligente y constante.

El hombre que permanece en unión consciente con su Señor tiene libertad de acceso en la oración. Puede venir a Cristo en cualquier momento, pues está en Cristo y permanece en Él. Y esto no es todo, es un hombre favorecido quien tiene el privilegio de una oración efectiva. «Pedid todo lo que queréis, y os será hecho». En otras palabras, lo que esta declaración insinúa es: ustedes no pueden hacerlo, pero les será hecho.