Rompa los valores del presenteMuestra

¿Cómo rompemos este patrón? 

1. Enseña valores. Juega con tu hijo. Crea circunstancias de presión de grupo antes que el niño enfrente esas situaciones. Dile, vamos a imaginarnos que aquí hay cuatro niños que están haciendo algo equivocado, y te dicen: vamos a robarnos eso. Deja que tu niño responda, y tú juega como otro niño y llévalo a que encuentre una respuesta verdadera que lo lleve a actuar bien.
2. Habla con tus hijos, con tus nietos. Motiva que hablen, apaga la televisión, quítales 30 minutos el celular, conversen de cosas interesantes para ellos.
3. Realiza juegos que activen su mente, que reten la creatividad, realicen deporte, ajedrez, natación, danza, mételos en cursos extracurriculares. 
4. Pasa tiempo con ellos. Para que tengan tiempos de compartir, para que enriquezcan su vida familiar. Eso es la actividad que debería hacerse de manera común. Hoy es muy raro verlo.
5. Interesate por ellos. Pregunta cómo está su vida, como están las cosas, por sus amigos, por eventos que están pasando cómo los interpreta. Aprende el inglés si vives en los Estados Unidos, y enséñales español, para que puedan comunicarse entre sí. El lenguaje común unifica; cuando Dios quiso que en Babel se dispersara la gente, lo que hizo fue confundir sus lenguas, cuando empezaron a hablar diferentes idiomas, inmediatamente se segregaron. Cuando hablan deferentes idiomas, se produce separación. No puede ser que tu hijo hable inglés y tú solo hables español, ¿cómo se comunican? En medio de la situación que vivimos, en una nación donde el idioma oficial es el inglés, debemos hablarlo y que los hijos no pierdan el español. 
6. Necesitamos otra cultura. Nos enseñaron que los niños a los 18 años se van de casa, a alguien se le ocurrió, y ¡es la moda! No forjemos nuestra vida con los patrones de otros. Adquirimos la cultura de que cada uno se va por su lado, pero no debe ser así. Tenemos una generación, a quienes se les enseñó que no deben hablar con extraños, pero ahora los niños ya no hablan con los adultos, aún con los que conocen. Rompamos esos patrones adquiridos y volvamos a la disciplina. ¿Qué hijo hay, a quien su padre no discipline? En la época bíblica, la respuesta obvia es que no existen hijos a quienes su padre no discipline, hoy en cambio, la gran mayoría diría que casi ningún hijo es disciplinado por su padre. Necesitamos volver a los valores divinos. Necesitamos hacer las cosas que produzcan hijos poderosos, fructíferos de bien, con valores, con fe, que quieran la fe de sus padres, que quieran tener una familia como la de sus padres. 

Si no tuviste un padre o una madre que te dieran sus valores, tú eres llamado a crear una primera generación de familia sólida y empezar nuevas generaciones con esa mentalidad.

Si deseas profundizar este tema, te invitamos a ver el sermón en este enlace de Vimeo https://vimeo.com/235751037 o en YouTube https://www.youtube.com/watch?v=OeKMwBVLip0