Rompa los valores del presenteMuestra

Enseñanza sin principios, no forma carácter

Nuestro sistema educativo no solamente enseña que la creación es producto de la casualidad, sino que no hay valores morales, que existe posibilidad de elegir cómo quiere vivir, y que todas las opciones están bien. No se enseña lo que es bueno y lo que es malo. Simplemente se le dice al niño: tú eliges lo que es bueno y lo que es malo. Después nos preguntamos, por qué hay tantos niños y jóvenes que crecen y hacen decisiones incorrectas, que están en drogas, tienen sexo de la manera que quieran, que abortan y matan, porque creen que es buena idea o cumplen retos para pertenecer a grupos sociales y ser aceptados. 

No son los condones los que van a detener el SIDA, al contrario, pues desde que colocaron los dispensadores gratuitos de condones en los baños de las secundarias, respaldado por organizaciones mundiales, se incrementaron los embarazos en adolescentes. El mensaje que transmiten es, no importa que tengas relaciones sexuales, lo importante es protegerse. Solamente que no es problema de protección, sino de principios y  valores, y son éstos los que van a devolver la identidad al niño, cuando interioricen que su cuerpo es el templo del Espíritu Santo, que fue creado con un destino y un propósito. 

Al niño en el sistema educativo se le da información, pero no se le da formación. Enseñar cualquier cosa sin valores, no es educar. Porque todo el mundo puede dar información, y hoy se accede a ella con facilidad en internet. Esa información puede producir delincuentes, si no tiene valores. Es buena información, que va a crear buenos delincuentes. Pero cuando la educación verdadera forma el carácter, entonces, se forma gente para producir un bien en la sociedad. La verdadera educación es la que se da con valores, para que la información se use para el bien. La verdadera educación es integral, espíritu alma y cuerpo, como se daba al principio en las universidades, cuando se fundaron. Hoy, se redujo a la mente, no tiene nada que ver con el propósito inicial. Mucho menos tiene que ver con el espíritu. Y el cuerpo pues, es la filosofía de la Macarena, dale a tu cuerpo alegría y cosa buena.