La actitudMuestra
Aunque era Dios
Para ser un buen siervo, primero hay que establecerse en el amor de Cristo con gran humildad. Basilio de Cesarea
En los versículos de hoy, Pablo toma prestado un antiguo himno para demostrar cómo es la humildad perfecta. Jesús, aunque era Dios, descendió a la tierra y se hizo humano. Murió en la cruz por nosotros, sacrificándose a sí mismo debido a su gran amor por nosotros. Jesús nos muestra la actitud suprema de humildad, pero ¿cómo la obtenemos?
Pablo estaba abordando el tema de la comparación entre cristianos, en algunos casos debido a diferentes trasfondos religiosos o niveles socioeconómicos. Hoy en día, muchos de nosotros todavía experimentamos un problema similar. ¿Alguna vez has sentido que tu actitud se vuelve negativa al compararte con otra persona? ¿Alguna vez has tratado a alguien de manera diferente por tener más o menos dinero que tú? ¿Alguna vez te sientes incomodo por personas que se ven, actúan o hablan de manera distinta a ti?
Cuando nos comparamos con los demás, es más fácil perder de vista el valor que cada persona tiene a los ojos de Dios. Desde su perspectiva divina, cada persona está hecha a su imagen, amada plenamente por Él y digna de la vida de Jesús. Cuando nos acercamos a los demás sin esa disposición, no actuamos con la humildad que Jesús mostró, trayendo dolor emocional y daño innecesario.
Una actitud humilde puede cambiarlo todo. Nos ayuda a valorar mucho más a los demás, invitándoles a verse a sí mismos como Jesús los ve. En la práctica, ser humilde puede consistir en hacer frente a las bromas sobre nuestro compañero de trabajo, asegurarnos de que todos los que están en una mesa sean presentados, pedir disculpas a nuestro hijo o, sentarnos con alguien que está solo. Puede significar orar para bendecir a las personas con las que no estamos de acuerdo y tratar de entender su punto de vista. Jesús consideró nuestras vidas como dignas de la suya, así que sigamos sus pasos y veamos a quienes nos rodean como personas valiosas, dignas de nuestro tiempo, honor y atención.
Ora: Amado Dios, tú creaste a las personas a tu imagen. Todos somos tan valiosos a tus ojos que viviste tu vida y, en última instancia, la diste, para salvarnos de nosotros mismos. Ayúdame a practicar tu extraordinaria humildad en mi vida diaria y guíame para tratar a los demás con el mismo amor que Tú me has mostrado. En el nombre de Jesús, amén.
Escrituras
Acerca de este Plan
¿Cómo podemos saber cuál es la actitud correcta para cada situación? ¿Qué es una actitud correcta? Este Plan de lectura de siete días encuentra esas respuestas en la vida y enseñanzas de Cristo. Permite que estos poderosos textos de las Escrituras, exhortaciones diarias y oraciones profundas, formen en ti la mente de Cristo.
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