Libre de una conciencia sucia Muestra
Pesadas cargas y conciencia sucia
La creciente demanda de terapias psicológicas es un claro indicativo de que son muchas las personas que llevan pesadas cargas, por una conciencia sucia. Es una pena que recurran a esas fuentes tratando de resolver lo que solo Dios puede hacer. ¿Qué es la conciencia? Es un concepto que debe ser entendido a profundidad, pero ¿cómo puedo ser libre de una conciencia sucia? Es la respuesta práctica, de las Escrituras, para liberarnos del pasado.
Charles Wesley dijo, en cuanto a su importancia «quiero tener un principio dentro mío y un temor piadoso que vele por mi corazón». Kant dijo, «Dos cosas llenan mi mente, me asombran en gran manera, cada día más; el cielo estrellado sobre mí y la ley moral dentro de mí». Bien lo expresó Martín Lutero cuando dijo, «Me da más miedo mi propio corazón que el mismo Papa y todos los Cardenales de Roma».
En el Nuevo Testamento encontramos la palabra «conciencia», 32 veces; hallando que la mayoría de ellas se encuentra en los escritos de Pablo. Si queremos llegar a tener libertad de una conciencia sucia, antes que nada debemos entender qué es la conciencia y cómo funciona. Para entender este tema tan importante, vamos a tomar tres pasos.
El primer paso es la definición de la conciencia
La palabra conciencia, en castellano, deriva de dos palabras: con y ciencia, es decir, con conocimiento. Es esa voz interna, sensible y que a la vez, actúa como árbitro entre el bien y el mal. Nos avisa cuando en palabra, pensamiento o hecho, algo no concuerda con lo bueno. Sin embargo, esa tierna voz puede ser violada a tal punto, que no sólo deja de funcionar bien, sino que aun puede llegar a dejar de funcionar totalmente.
La palabra en el texto bíblico, en original griego es «syneidesis». Es también una palabra compuesta por dos palabras: «syn», con; y «oida», conocer adentro de uno mismo. Es ese testigo interno que nos habla de nuestra conducta y esa facultad por medio de la cual podemos discernir la voluntad de Dios. Otra definición dice, «Es el proceso de pensamiento que nos hace distinguir entre lo que es moralmente bueno o malo».
Pensando aún más en el concepto de la conciencia, encontramos que «es aquel dolor que se siente cuando hacemos algo malo». Un indígena, con sus elementos cotidianos dijo, que es como la punta de una flecha que me hiere, cuando hago el mal y que penetra doliéndome profundamente.
Escrituras
Acerca de este Plan
La conciencia está presente en todo ser humano, debemos aprender a tener una buena conciencia, e identificar aquellas situaciones que llevan a tener una conciencia sucia. Es necesario aprender a tener una conciencia correcta que permita al hijo de Dios llevar una vida que agrade a Dios.
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Nos gustaría agradecer a José Jordán en colaboración con El Centro Network por facilitarnos este plan. Para obtener más información, por favor visítenos en: www.palabradevida.org.ar y www.elcentronetwork.com