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Habacuc 1:8-14

Habacuc 1:8-14 RVC

Sus caballos son más ligeros que los leopardos y más feroces que los lobos nocturnos. Sus jinetes vienen de lejos, a galope tendido; vienen raudos como águilas, dispuestos a devorar, ¡y todos ellos caen sobre su presa! El terror los precede, y recogen cautivos como quien recoge arena. Se ríen de los reyes, se burlan de los príncipes; hacen mofa de toda fortaleza: construyen terraplenes y conquistan ciudades. Pasan con la fuerza de una tormenta, y esa fuerza la atribuyen a su dios.» Tú, Señor, eres un Dios santo. Tú existes desde el principio; ¡no nos dejes morir! Tú, Señor, eres nuestra Roca; ¡no hagas que este pueblo nos juzgue y nos castigue! Si por la pureza de tus ojos no soportas ver el mal ni los agravios, ¿por qué soportas ver a quienes nos desprecian? ¿Por qué callas cuando los impíos destruyen a quienes son más justos que ellos? ¡Tratas a la gente como a los peces del mar, como a los insectos, que no tienen quien los gobierne!