Habacuc 1:8-14
Habacuc 1:8-14 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
Sus caballos son más veloces que leopardos, más feroces que lobos nocturnos. Su caballería se lanza a todo galope; sus jinetes vienen de muy lejos. Vuelan como águilas que se lanzan dispuestas a devorar. Todos vienen para hacer violencia; avanzan sus hordas como el viento del desierto, hacen prisioneros como quien recoge arena. Ridiculizan a los reyes, se burlan de los gobernantes; se ríen de toda ciudad amurallada, pues construyen rampas y la toman. Son un viento que a su paso arrasa todo; su pecado es hacer de su fuerza un dios». ¿No eres tú, SEÑOR, desde la eternidad? ¡Tú, mi Dios, mi santo, no morirás! Tú, SEÑOR, los has puesto para hacer justicia; tú, mi Roca, los has puesto para ejecutar tu castigo. Son tan puros tus ojos que no puedes ver el mal; no te es posible contemplar la opresión. ¿Por qué entonces toleras a los traidores? ¿Por qué guardas silencio mientras los malvados se tragan a los más justos que ellos? Has hecho a los hombres como peces del mar, como reptiles que no tienen jefe.
Habacuc 1:8-14 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
»Sus caballos y sus jinetes vienen galopando desde muy lejos; son más veloces que los leopardos y más feroces que los lobos nocturnos; se lanzan sobre sus enemigos como el águila sobre su presa. A su paso lo destruyen todo; a su paso siembran el terror, y los prisioneros que toman son tantos como la arena del mar. »Se ríen de reyes y gobernantes, se burlan de sus murallas, y construyen rampas de arena para conquistar sus ciudades. Son como un viento violento que llega, golpea y se va; pero son culpables de un gran pecado: no tienen más dios que su fuerza». Yo, Habacuc, digo: Dios de Israel, tú eres un Dios santo; siempre has existido, y no nos dejarás morir porque eres nuestro refugio; sé que usarás a Babilonia solo para castigar a tu pueblo. Tú no soportas la maldad, ni aceptas el pecado. No te quedes callado ni permitas que los malvados maten a quienes somos buenos. Tú nos tratas como si fuéramos simples peces del mar; como si fuéramos reptiles, que no tienen quién los dirija.
Habacuc 1:8-14 Reina Valera Contemporánea (RVC)
Sus caballos son más ligeros que los leopardos y más feroces que los lobos nocturnos. Sus jinetes vienen de lejos, a galope tendido; vienen raudos como águilas, dispuestos a devorar, ¡y todos ellos caen sobre su presa! El terror los precede, y recogen cautivos como quien recoge arena. Se ríen de los reyes, se burlan de los príncipes; hacen mofa de toda fortaleza: construyen terraplenes y conquistan ciudades. Pasan con la fuerza de una tormenta, y esa fuerza la atribuyen a su dios.» Tú, Señor, eres un Dios santo. Tú existes desde el principio; ¡no nos dejes morir! Tú, Señor, eres nuestra Roca; ¡no hagas que este pueblo nos juzgue y nos castigue! Si por la pureza de tus ojos no soportas ver el mal ni los agravios, ¿por qué soportas ver a quienes nos desprecian? ¿Por qué callas cuando los impíos destruyen a quienes son más justos que ellos? ¡Tratas a la gente como a los peces del mar, como a los insectos, que no tienen quien los gobierne!
Habacuc 1:8-14 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
Sus caballos son más veloces que los leopardos, más salvajes que los lobos del desierto. Sus jinetes galopan en gran número y se lanzan al ataque desde lejos, como el águila se lanza sobre su presa. Todo lo destruyen a su paso; en su avance van sembrando el terror, y son más los prisioneros que hacen que las arenas que hay en el mar. Se burlan de los reyes y de la gente importante. Se ríen de las fortalezas, pues levantan rampas ante ellas y las toman por asalto. Pasan como un huracán; no reconocen más dios que su propia fuerza.» Señor, ¿acaso no existes tú eternamente, mi Dios santo e inmortal? Señor y protector mío, tú has dado fuerza a los caldeos para que ellos ejecuten tu justicia. Tú eres demasiado puro para consentir el mal, para contemplar con agrado la iniquidad; ¿cómo, pues, contemplas callado a los criminales, y guardas silencio mientras el malvado destruye a los que son mejores que él? ¿Por qué tratas a los hombres como a peces del mar, como a animales sin gobierno?
Habacuc 1:8-14 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
Sus caballos serán más ligeros que leopardos, y más feroces que lobos nocturnos, y sus jinetes se multiplicarán; vendrán de lejos sus jinetes, y volarán como águilas que se apresuran a devorar. Toda ella vendrá a la presa; el terror va delante de ella, y recogerá cautivos como arena. Escarnecerá a los reyes, y de los príncipes hará burla; se reirá de toda fortaleza, y levantará terraplén y la tomará. Luego pasará como el huracán, y ofenderá atribuyendo su fuerza a su dios. ¿No eres tú desde el principio, oh Jehová, Dios mío, Santo mío? No moriremos. Oh Jehová, para juicio lo pusiste; y tú, oh Roca, lo fundaste para castigar. Muy limpio eres de ojos para ver el mal, ni puedes ver el agravio; ¿por qué ves a los menospreciadores, y callas cuando destruye el impío al más justo que él, y haces que sean los hombres como los peces del mar, como reptiles que no tienen quien los gobierne?
Habacuc 1:8-14 La Biblia de las Américas (LBLA)
Sus caballos son más veloces que leopardos y más astutos que lobos al anochecer. Al galope vienen sus jinetes, sus jinetes vienen de lejos, vuelan como águila que se precipita a devorar. Vienen todos ellos para hacer violencia, su horda de rostros avanza, recoge cautivos como arena. Se mofa de los reyes, y los gobernantes le son motivo de risa; se ríe de toda fortaleza, amontona escombros para tomarla. Entonces pasará como el viento y seguirá, y se le tendrá por culpable, porque hace de su poder su dios. ¶¿No eres tú desde la eternidad, oh SEÑOR, Dios mío, Santo mío? No moriremos. Oh SEÑOR, para juicio lo has puesto; tú, oh Roca, lo has establecido para corrección. Muy limpios son tus ojos para mirar el mal, y no puedes contemplar la opresión. ¿Por qué miras con agrado a los que proceden pérfidamente, y callas cuando el impío traga al que es más justo que él? ¿Por qué has hecho a los hombres como peces del mar, como reptiles que no tienen jefe?
Habacuc 1:8-14 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Sus caballos son más veloces que guepardos y más feroces que lobos al anochecer. Sus jinetes arremeten desde lejos. Como águilas, se lanzan en picada para devorar a sus presas. »Vienen sin tregua, decididos a la violencia. Sus multitudes avanzan como el viento del desierto, barriendo cautivos a su paso como si fueran arena. Se burlan de reyes y príncipes y menosprecian todas sus fortalezas. ¡Simplemente hacen rampas de tierra contra las murallas y las toman por asalto! Arrasan como el viento y desaparecen. Pero son profundamente culpables, porque hicieron de su propia fuerza un dios». Oh SEÑOR mi Dios, Santo mío, tú que eres eterno, ¡no puede ser que estés planeando acabar con nosotros! Oh SEÑOR, nuestra Roca, tú has enviado a los babilonios para corregirnos y castigarnos por nuestros muchos pecados. Pero tú eres puro y no soportas ver la maldad. ¿Serás indiferente ante la traición de ellos? ¿Guardarás silencio mientras los perversos se tragan a gente más justa que ellos? ¿Somos tan solo peces para ser capturados y matados? ¿Somos simples criaturas del mar que no tienen quien las guíe?