40 Principios escriturales para un ministerio saludableMuestra
22. Los pecados que se cometen en privado no son secretos para Dios.
Las cosas que decimos o hacemos a escondidas son las que Dios tiene en cuenta para promocionarnos o bendecirnos.
Lo que David hizo mientras cuidaba ovejas en el desierto valió para ser recompensado rey de toda una nación, 1º Samuel 13:14. Jesús conquistó el corazón del Padre mientras servía como carpintero, Mateo 3:17. De la misma manera, las cosas que decimos o hacemos en secreto son las que nos descalifican para la promoción divina. El principio del fin de Ananías y Safira tuvo lugar en el interior de su casa. Allí donde nadie más los escuchaba se pusieron de acuerdo para mentirle al Espíritu Santo y fueron eliminados, Hechos 5:1-11. María y Aarón criticaron a Moisés en un rinconcito de su carpa y fueron disciplinados porque “el Señor escuchó lo que decían”, Números 12:2 (PDT). Años más tarde Dios abandonaría a Israel por el pecado que sus líderes cometían a espalda de todo el pueblo: “... ¿Has visto lo que los líderes de Israel hacen... en los rincones oscuros?...”, Ezequiel 8:12 (NTV). ¡Qué ingenuo fue David al pensar que lo que hacía en su habitación no sería visto por el Señor! Dios le dijo: “Lo que tú hiciste a escondidas, yo lo haré a plena luz, a la vista de todo Israel”, 2º Samuel 12:12 (NVI). Dios toma muy en serio lo que hacemos cuando nadie nos ve. “No hay nada en toda la creación que esté oculto a Dios. Todo está desnudo y expuesto ante sus ojos; y es a él a quien rendimos cuentas”, Hebreos 4:13 (NTV); Salmo 90:8; Romanos 2:16.
Acerca de este Plan
40 días que te enseñarán principios escriturales para tener una vida, familia y ministerio bendecido, saludable, lleno de presencia y guiado por el Señor.
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Nos gustaría agradecer a José Luis Cinalli - Silvia López de Cinalli por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://iglesiadelaciudad.com.ar