40 Principios escriturales para un ministerio saludableMuestra

23. El líder que descuida la santidad pierde el derecho de servir en la presencia de Dios.

“Los hombres de la tribu de Leví que me abandonaron... tendrán que sufrir las consecuencias... podrán servir como... porteros... Sin embargo... no se les permite acercarse a mí para ministrar como sacerdotes... En cambio, los sacerdotes... de la familia de Sadoc continuaron sirviendo fielmente en el templo cuando los israelitas me abandonaron... estos hombres... estarán en mi presencia... Sólo ellos... se acercarán a mi mesa para servirme...”, Ezequiel 44:10-16 (NTV). Acceder a la presencia del Señor era el más grande privilegio de todo sacerdote, Números 18:7. Ahora bien, si el sacerdote descuidaba su santidad perdía el derecho a servir en la presencia de Dios, Ezequiel 44:13. El asunto era de vida o muerte: “Los sacerdotes que se acercan al SEÑOR... deben purificarse para que el SEÑOR no arremeta contra ellos y los destruya”, Éxodo 19:22 (NTV). La muerte de Nadab y Abiú es un claro ejemplo de que el altar del Señor es un lugar santo y quienes se acercan a él para servir deben estar santificados; de lo contrario, sus vidas están en peligro, Levítico 10:3. Advierte este hecho. A los levitas que despreciaron su santidad se les permitió servir al pueblo, pero no a Dios, Ezequiel 44:11. ¿Es lo mismo trabajar en el palacio que servirle al rey? El favor del rey solo se logra si puedes acceder a su presencia. ¡La única forma de obtener acceso a las comodidades del palacio es mediante una relación con el rey! Acceder a la presencia de Dios fue el premio mayor para los sacerdotes que no comprometieron su santidad, Ezequiel 44:15-16.A los que perseveran en la santidad Dios les otorga un privilegio: “estarán en mi presencia... y se acercarán a mi mesa para ser servirme”, Ezequiel 44:15-16 (NTV).