40 Principios escriturales para un ministerio saludableMuestra

40. Cuida el tesoro más importante de tu vida. “... Ahora es el momento oportuno. ¡Ahora es el día de la salvación!”, 2ª Corintios 6:2 (DHH C 2002). En este mundo algunas cosas son urgentes, otras son importantes y una sola es esencial: el cuidado de nuestra alma. “... ¿Hay algo que valga más que tu alma?... ¿Habrá algún valor terrenal que compense la pérdida del alma?”, Mateo 16:26 (NTV, NT-BAD). Muchas personas toman decisiones como si esta vida fuera todo lo que tenemos, sin embargo, esta vida es solo la entrada a la eternidad y la forma en que vivamos este breve lapso de tiempo determinará cuál será nuestro estado eterno. Si alcanzas cada meta que te propongas en esta vida, pero al final pierdes tu alma, ¿de qué habrá servido? Si logras toda la educación que deseas y te conviertes en la persona más exitosa en tu profesión, pero al final pierdes tu alma, ¿de qué habrá servido? Si logras la posición económica y el reconocimiento social que quieres, pero pierdes tu alma, ¿de qué habrá servido? Si disfrutas de todos los placeres, diversión, lujos y comodidades, pero pierdes tu alma, ¿de qué habrá servido? Nada es más importante y urgente que salvar nuestra alma de la eterna condenación, Isaías 45:22; 2ª Corintios 6:2. Cuidado con considerar cualquier otra cosa en esta vida como más importante que nuestra alma. Entonces, tenemos un llamado urgente a “reconciliarnos con Dios” (2ª Corintios 5:20) para salvarnos “del castigo que les espera a todos los malvados” (Hechos 2:40 TLA) pero también a reconciliar a otros con Dios: “Dios nos ha dado la tarea de reconciliar a la gente con él”, 2ª Corintios 5:18 (NTV). Cuando se trata de llevar las buenas noticias, no hay tiempo que perder. La salvación de la gente depende de nuestra obediencia al mandamiento de predicar.

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