CuentacuentosMuestra

GANAR LO CORRECTO

Durante muchos años, mi padre dirigió seminarios en colegios y universidades. Una vez, cuando hablaba con un grupo en Harvard, notó que el público perdía interés. Después de todo, ¿qué podría tener que decirles este empresario sureño? Entonces comenzó a citar un poema del gran poeta estadounidense de Nueva Inglaterra, Robert Frost. De repente, todas las personas en la sala se concentraron por completo. Se había ganado el derecho a ser escuchado.

Cuando el apóstol Pablo habló con la élite cultural de la antigua Grecia, también citó a un famoso poeta griego. ¿Por qué? Pablo estaba mostrando interés en la cultura griega. Mostró aprecio por la cultura griega. Les mostró que él era muy leído. Paul se estaba ganando el derecho a ser escuchado por un grupo de personas que podrían haberlo descartado fácilmente como un extranjero irrelevante e ignorante. En cambio, tenían curiosidad por saber más.

Entonces, ¿qué podemos aprender de cómo Pablo se conectó con la élite intelectual?

1. Encuentra Puntos en Común. Pablo citó a un poeta griego y comenzó su conversación hablando de uno de los muchos ídolos que adoraban los griegos (Hechos 17: 22-28). En lugar de condenar desde el principio, Pablo encontró puntos en común y ganó el derecho a ser escuchado.
2. Identificar una Necesidad. ¿Por qué los antiguos griegos adoraban tantos ídolos y dioses diferentes? Estaban buscando algo en lo que creer, estaban buscando a Dios aunque no sabían quién era Él. Hacemos lo mismo. Buscamos valor, propósito e identidad en el dinero, la carrera, el éxito o las relaciones: nuestros ídolos de hoy en día. Pero Dios es el único que puede satisfacer plenamente esta búsqueda.
3. Sé Audaz. Pablo no pasó de puntillas por la verdad. Sin citar un solo versículo de la Biblia (los griegos no conocían la Biblia), todo lo que Pablo compartió procedía de la Palabra de Dios. Y al final, los desafió a arrepentirse, a alejarse de sus viejas formas de pensar y vivir. Si hubiera hablado en Harvard, habría dicho lo mismo: “Arrepentíos y creed en el hombre que resucitó de entre los muertos”.

¿Con quién compartirás? No desestimes a una persona solo por sus diferencias. Sigue el ejemplo de Pablo y tómese el tiempo para encontrar un terreno común. Tal vez entonces te ganes el derecho a ser escuchado.