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JESÚS PARA TODOS

No sorprende que las conversaciones de fe sean diferentes según el contexto y la audiencia. Piénsalo. La forma en que un cristiano habla de la fe con un concertista de piano chino y un obrero del norte del estado de Nueva York será diferente. ¿Qué hay de compartir con un imán musulmán o un playboy de Hollywood? ¿Imagina una discusión sobre la fe con un chico de secundaria frente a una feminista de la Ivy League? Piense en las grandes diferencias en las luchas, preocupaciones y visiones del mundo. Cada conversación debe verse y sonar diferente. Por esta razón, los cristianos están llamados a adoptar diferentes enfoques para compartir el Evangelio de Jesucristo con diferentes personas.

El Apóstol Pablo habla de este concepto en 1 Corintios. Pablo explicó su voluntad de dejar de lado sus propias preferencias personales y prioridades personales para mostrar interés en otra persona. ¿Por qué? Para que pueda mostrarles a Cristo, de una manera que entiendan y que sea significativa para ellos. Es lo máximo en altruismo encontrar a alguien donde está, con genuino cuidado y respeto, con la esperanza de ayudarlo a conocer a Jesús.

¿Y tú? ¿Estás dispuesto a conocer a las personas donde están para compartir la verdad del Evangelio? Deberíamos serlo, porque Jesús hace lo mismo por cada uno de nosotros. Él se encuentra con nosotros en nuestro pecado, nuestra vergüenza y nuestro quebrantamiento, y nos ofrece una nueva vida a través de Él. ¿Recuerda quién compartió por primera vez la historia de Jesús con usted? Entonces, ¿por qué no lo compartes con otros? ¡Es el mejor regalo que les puedes dar!