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CONSEJOS PARA COMPARTIR TU FE

Felipe fue un líder, maestro y evangelista en la iglesia primitiva. En el capítulo 8 de Hechos, leemos acerca de un gran movimiento de personas que llegan a la fe. El encuentro que se destaca en la historia de Felipe no son las grandes multitudes y las curaciones, sino el momento en que Felipe respondió al empujón del Espíritu Santo y salió a caminar por un largo camino del desierto. Fue allí donde conoció a un etíope influyente que leía el libro de Isaías. Al poco tiempo, Felipe lo estaba bautizando en la fe, justo al lado del camino.

Es una historia increíble de reconocer y confiar en el Espíritu Santo, incluso cuando no tiene sentido. Y para los seguidores de Jesús, hay algunas cosas que podemos aprender de Felipe sobre cómo compartimos nuestra fe con los demás.

1. Camina con Dios y serás guiado por el Espíritu. Felipe estaba totalmente entregado a Dios. Caminaba y vivía en el centro de la voluntad de Dios.
2. Sé sensible a los movimientos de Dios. No permita que el ajetreo le haga perder oportunidades de hablar sobre la vida de otra persona. Prestar atención. Sé sensible. Pídele al Espíritu Santo que te ayude a reconocer cuando Dios se mueve.
3. Mientras más escritura sepa, mejor equipado estará. Felipe reconoció la escritura que estaba leyendo el hombre que conoció (Isaías 53) y pudo explicar el significado. Cuanto más estudiemos las Escrituras, mejor nos usará el Espíritu Santo para responder preguntas.
4. Preguntar si alguien quiere creer. Si la respuesta es "sí", guíelos en una oración confesando sus pecados a Dios y declarando su confianza y fe en Cristo. Si su respuesta es "todavía no", ofrézcase como voluntario para orar con ellos y reunirse para estudiar y responder sus preguntas a través de la Palabra de Dios y su propio camino de fe.
5. El Evangelio es para todos. Todos tenemos heridas e inseguridades que nos pueden impedir confiar en Cristo, pero el Evangelio es para todos: judíos, gentiles, musulmanes, ateos, todos de todos los continentes.
6. El bautismo testifica de nuestra fe. La Biblia enseña que el bautismo sigue una decisión de fe.

Cuando Dios te llame a moverte, actuar o compartir, ¿lo harás? Felipe lo hizo y la vida de un hombre cambió para la eternidad.