¡Alegría a tu mundo! Una cuenta atrás para NavidadMuestra

Me gusta observar a la gente todo el año, pero la época más fascinante para mí es en Navidad. Cuando estoy en la fila de la oficina de correos, esperando enviar mis paquetes y cartas, atentamente observo y oigo conversaciones de vacaciones y frustraciones. Mientras,en el centro comercial, tratando de no ser impaciente, lo que me gusta es centrar mi atención en otros que también se centran en la compra de regalos y en las ofertas de la temporada .

¿Te gustaría acompañarme a oír una de las conversaciones de la Navidad más gloriosas en toda la historia? ¡Creo que este intercambio de celebraciones acaba de cambiar tu corazón para siempre!

Después de que la anciana Elisabet había bendecido al bebé en el vientre virgen de María, María comenzó a adorar al Señor. ¡Ella estalló en una fuerte respuesta de adoración y alabanza sincera! A menudo me he preguntado si cuando se declararon estas palabras de alabanza ¡ella cayó de rodillas y levantó sus manos hacia el cielo!

«¡Mi alma exalta al Señor!» Esta simple oración exclamativa fueron las primeras palabras de la boca de María en la presencia de Elisabet. La elección de palabras de María es especialmente hermosa cuando uno se da cuenta de que el «alma» es la cuna de pasiones, emociones, aversiones y deseos. El alma de María no estaba en un estado de confusión o rechazo – ella estaba declarando el hecho de que, independientemente de circunstancias o eventos, sus emociones y deseos siempre la llevarían a un lugar de adoración.

«Y mi espíritu se ha regocijado en Dios mi Salvador». El alma de María y su espíritu se unían en un hermoso dueto de agradecimiento. El espíritu es el lugar en la constitución humana que desea al Señor y todo lo que Él tiene. El espíritu es el lugar donde caminas por fe y no por vista. En este momento en la vida de María que estaba en constante comunión con el espíritu de Dios, la respuesta fue la misma: ¡regocijo sincero!

¿Cómo respondes a circunstancias o acontecimientos que no entiendes o que tal vez no puedas elegir? ¿En qué gasta el tiempo tu alma durante esta temporada navideña? ¿Está tu alma fuera de control con los gastos, la comida y la impaciencia? ¿O ha observado tu alma el ejemplo de María y ha escogido exaltar al Señor?

Mi oración es que ¡tu espíritu y tu alma caigan de rodillas y que se levanten tus manos y tu voz hacia el cielo!

«¡Mi alma exalta al Señor! Y mi espíritu se ha regocijado en Dios mi Salvador.»