¡Alegría a tu mundo! Una cuenta atrás para NavidadMuestra

Elisabet había estado disfrutando el milagro de un embarazo sorpresa durante seis meses cuando María llegó a su casa. María, la joven escogida para traer al Salvador al mundo, se había apresurado a visitar a su anciana y sabia prima, Elisabet, mientras ella procesaba todo lo que estaba ocurriendo en su mundo.

Cuando María entró en la casa de Zacarías y Elisabet, ¡el bebé dentro del vientre de Elisabet saltó de gozo! ¡El instante en que Juan, aún antes de nacer, sintió que estaba en la presencia de Jesús el Mesías, empezó saltar de alegría!

Juan, aún en el vientre de su madre e incapaz de ver a Jesús con sus ojos naturales, sabía que estaba en la presencia del Señor. Hay tan sólo una respuesta posible a la presencia del Señor, ¡y es gozo! Elisabet le hizo saber a María que no fue un saltito que ella sintió del bebé de su interior, sino ¡un salto gigantesco! ¡Juan estaba explotando de alegría al estar en la presencia de Jesús!

El espíritu de Juan estaba respondiendo al espíritu de Jesucristo donde siempre hay plenitud de gozo.

Quizás, según pasaban los años, estos primos jugarían juntos el uno en la casa del otro. ¡Me pregunto si cada vez que Jesús entraba a la habitación el vivaz joven Juan empezaría a saltar arriba y abajo!

Su madre, la propia Elisabet, quien había sido criada en la casa de un sacerdote y ahora estaba casada con uno, le habría dicho: «Juan, cariño, ¡para ya de saltar! Te estás emocionando demasiado, hijo.»

«Pero mamá, ¡no puedo evitarlo! ¡Cada vez que estoy con Jesús mis piernas empiezan a saltar de alegría!Cuando Jesús entra en nuestro mundo, en nuestras vidas y en nuestros hogares, debemos responder con total alegría. ¡Nuestro corazón debe comenzar el salto de Juan!

En su presencia es el único lugar en el que siempre experimentarás gozo. El tener a tus hijos en casa por Navidad, recibir montañas de regalos, decorar la casa o comer recetas culinarias de lujo... estas cosas no llenarán tu corazón de gozo. Esta Navidad, haz sitio para su presencia. Pasa tiempo con tus amigos y familiares cantando encantadores villancicos de Navidad. Leed en la Biblia la historia de su nacimiento juntos.

La Navidad nos ha dado la certeza de que mientras vivamos en la tierra, ¡nos podemos beneficiar del gozo del cielo!