¡Alegría a tu mundo! Una cuenta atrás para NavidadMuestra
Los historiadores bíblicos creen que hubo alrededor de un millón de visitantes empujándose entre las calles de esta pequeña ciudad llamada «Belén».
¿Qué pasaría si un millón de personas invadieran tu ciudad? ¿Cómo afectaría al tráfico? ¿O las filas en el centro comercial? ¿O a los ya atestados hoteles?
Nunca hemos experimentado el «estar ocupado» en comparación con Belén esa noche trascendental. Había burros rebuznando y vendedores gritando. Había una cabalgata de camellos, gente, recaudadores de impuestos y funcionarios de la ciudad apretándose y empujándose en su camino a través de las polvorientas calles de Belén. Estaba el olor del estiércol y de los cuerpos encogidos y sudorosos en cada esquina de cada calle.
¡Los nervios de la gente estaban tensos, sus bolsillos estaban vacíos, todos estaban hartos de un gobierno codicioso! Era una masa de humanidad que no sabía ni dónde estaban ni cómo llegar a donde necesitaban ir. Suena mucho al siglo XXI, ¡¿verdad?!
Dios escogió este momento de caos y confusión... de nervios de punta y fracaso económico... como el lugar del nacimiento de su hijo. Dios decidió invadir los atascos de la humanidad con su pequeño niño.
Hemos permitido que nuestras vidas se conviertan en caos, confusión y falta de control como cualquier ciudad, en cualquier parte del mundo, en cualquier momento de la historia. ¡La belleza de la Navidad es que su presencia cambió el propósito del ajetreo!
Dios desea neutralizar nuestra costosa forma de vida y por eso Él envió al Príncipe de Paz.
Dios sabía que necesitaríamos una respuesta para nuestros colapsos inducidos por el estrés, entonces Él envió al Amado del Cielo para que fuera nuestra respuesta.
En medio de la humanidad y voces interminables nació el Salvador. Mi oración es que este año, en medio de tu vida excesivamente activa, tengas tiempo para contemplar con asombro al bebé en el pesebre.
¡No te pierdas las citas divinas de la Navidad por estar encapsulado en los aspectos temporales de la época! La gloria de la Navidad es el milagro de su presencia... un bebé acostado en un pesebre.
¿Qué pasaría si un millón de personas invadieran tu ciudad? ¿Cómo afectaría al tráfico? ¿O las filas en el centro comercial? ¿O a los ya atestados hoteles?
Nunca hemos experimentado el «estar ocupado» en comparación con Belén esa noche trascendental. Había burros rebuznando y vendedores gritando. Había una cabalgata de camellos, gente, recaudadores de impuestos y funcionarios de la ciudad apretándose y empujándose en su camino a través de las polvorientas calles de Belén. Estaba el olor del estiércol y de los cuerpos encogidos y sudorosos en cada esquina de cada calle.
¡Los nervios de la gente estaban tensos, sus bolsillos estaban vacíos, todos estaban hartos de un gobierno codicioso! Era una masa de humanidad que no sabía ni dónde estaban ni cómo llegar a donde necesitaban ir. Suena mucho al siglo XXI, ¡¿verdad?!
Dios escogió este momento de caos y confusión... de nervios de punta y fracaso económico... como el lugar del nacimiento de su hijo. Dios decidió invadir los atascos de la humanidad con su pequeño niño.
Hemos permitido que nuestras vidas se conviertan en caos, confusión y falta de control como cualquier ciudad, en cualquier parte del mundo, en cualquier momento de la historia. ¡La belleza de la Navidad es que su presencia cambió el propósito del ajetreo!
Dios desea neutralizar nuestra costosa forma de vida y por eso Él envió al Príncipe de Paz.
Dios sabía que necesitaríamos una respuesta para nuestros colapsos inducidos por el estrés, entonces Él envió al Amado del Cielo para que fuera nuestra respuesta.
En medio de la humanidad y voces interminables nació el Salvador. Mi oración es que este año, en medio de tu vida excesivamente activa, tengas tiempo para contemplar con asombro al bebé en el pesebre.
¡No te pierdas las citas divinas de la Navidad por estar encapsulado en los aspectos temporales de la época! La gloria de la Navidad es el milagro de su presencia... un bebé acostado en un pesebre.
Escritura
Acerca de este Plan
La Navidad es un tiempo en el que todos deberíamos esperar la entrada del cielo en nuestro mundo sucio y polvoriento. La Navidad es un tiempo que nos recuerda a todos que los milagros sí existen, las oraciones son contestadas y que el cielo es una respuesta. A través de las experiencias de María, José, Zacarías y Elisabet, los pastores y los reyes magos, este devocional explora el significado de la primera Navidad y cómo se cruza con cada una de nuestras vidas hoy en día.
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Nos gustaría dar las gracias a Carol McLeod y Just Joy Ministries por compartir este devocional. Para más información visita www.justjoyministries.com