Desde el principio hasta la eternidad: un estudio de la gran narrativa de la EscrituraMuestra

En sus primeras páginas, la Biblia nos brinda respuestas a nuestras preguntas de identidad, comunidad y propósito. A través de las palabras de Moisés, Dios mostraba a Israel y a nosotros que nuestra vida se vive mejor en comunidad con Él y Su pueblo, bajo Sus normas y bendición.1 Al mostrarnos quién es Él, podemos entender quiénes fuimos llamados a ser y qué hacer en Su mundo.

Antes de poder entender por completo quiénes somos, debemos entender primero quién es Dios, específicamente lo que Él ha revelado sobre Sí mismo en la Escritura.

Lee Génesis 1:1.

La primera descripción de Dios sobre Sí mismo muestra que Él es Dios. Ningún otro ser, animal ni parte de la naturaleza compite con Su autoridad; solo Él es soberano.

¡Dios creó no solo por Su palabra, ¡Su palabra fue creada de la nada! Solamente Dios tiene el poder de hacer esto y, por lo tanto, en la primera oración de la Biblia, Él se estableció como el Único que tiene control y autoridad completa sobre toda la creación. Ya que Él creo el mundo, solo Él puede decidir cómo vive Su creación.

Ahora que hemos aprendido lo que la narrativa de la creación nos cuenta sobre Dios, veamos lo que nos cuenta sobre nuestra identidad y nuestro propósito divinos.

Lee Génesis 1:26-28.

Fuimos diseñados para reflejar en el mundo los atributos de bondad y verdad de Dios. Al interactuar entre nosotros o ver cómo interactuamos con otros, las personas deben ser capaces de poder ver cómo es Dios.

Además de nuestro diseño divino como portadores de imagen, la narrativa de la creación también nos muestra nuestro propósito divino.

Como Rey, Dios nos ha dado la responsabilidad de administrar Su creación, ayudándola a florecer. Se nos ha dado la función real de vicerregentes (persona que funge en lugar de un dirigente, gobernante o monarca), representando el reino de Dios sobre la creación y ejerciendo dominio en Su nombre.

Las respuestas a nuestras preguntas sobre identidad, propósito, y pertenencia se encuentran en las primeras páginas de la Escritura. Servimos a un Dios soberano, quien tiene toda la autoridad como Rey. Nos ha creado a Su imagen y nos ha dado la responsabilidad de cultivar el mundo que creó; lo mejor de nuestra vida se encuentra en comunidad con Dios. Pero, como veremos mañana, cuando intentamos encontrar respuestas a estas preguntas apartados de Dios, las cosas empeoran rápidamente.

1. Graeme Goldsworthy, The Goldsworthy Trilogy (Milton Keynes, England: Paternoster, 2000), 54; Vaughan Roberts, God’s Big Picture (Downers Grove, IL: InterVarsity Press, 2002), 22.