Desde el principio hasta la eternidad: un estudio de la gran narrativa de la EscrituraMuestra

Desde la creación hasta Israel que regresa del exilio, ¡has recorrido casi la mitad de la Biblia! ¡Gran trabajo!

Hoy, nos tomaremos un descanso de la historia. Los libros de Job, Salmos, Proverbios, Eclesiastés y Cantar de los Cantares se consideran literatura de sabiduría. Históricamente, estos libros describen eventos que en su mayor parte ocurrieron al mismo tiempo que los eventos que discutimos ayer. Entonces, la monarquía de Israel, la caída de Jerusalén, el exilio y el regreso de los israelitas del exilio son la inspiración para las palabras que leeremos.

Lee Proverbios 1:1-7.

El camino de la sabiduría nos muestra que el pueblo de Dios florece cuando tiene una relación con el Rey. Esta relación es una de bondad y belleza que se disfrutará para siempre.

El próximo conjunto de libros que cubriremos continúa con el tema de la vida en el reino, pero se enfoca en los mensajeros que Dios envió a Israel para recordarles su pacto con Él. Estos mensajeros se llaman profetas.

Lee Amós 2:4-5,11.

Como comunidad, Israel estaba interconectado, lo que significa que el pecado de una persona impactaría a toda la nación.1 Por lo tanto, para reforzar esta identidad comunitaria y proporcionar un fuerte impedimento para el pecado, Dios juzgaría a todos de Israel muchas veces, no solo la persona individual que fue culpable de pecado. Dios mostró Su paciencia a través del mensaje de los profetas, dando a los israelitas un largo tiempo para arrepentirse y volver a vivir como Su pueblo en obediencia al pacto. Pero también fue fiel, manteniendo las promesas de juicio que hizo a Israel, incluso desde Moisés. Prometió que enviaría a Israel al exilio si el pueblo no obedecía el pacto, y así lo hizo.

Luego, lee Jeremías 29:4-14.

La promesa de liberación de Dios para Israel estaba relacionada con los convenios que hizo con Abraham, Moisés y David. Él estaba prometiendo traerlos de regreso a la tierra de Canaán, nuevamente bajo Su gobierno y bendición. Pero incluso cuando el pueblo de Israel salió del exilio, todavía luchaban con el mismo problema que tenían antes del exilio: el pecado. Después de que Israel regresó a su tierra natal, lucharon por permanecer fieles al convenio. El pueblo de Israel necesitaba una solución que les permitiera ser fieles para siempre.

Lee Jeremías 32:37-41 y Ezequiel 11:19-20.

Dios sabía que su pueblo necesitaba ayuda, una solución permanente al problema que los había estado aquejando desde el jardín de Edén. A través del profeta Jeremías y del profeta Ezequiel, Dios hizo un pacto más con Israel. Prometió limpiar al pueblo, curándolo de la enfermedad del pecado.

Israel y todas las naciones vivirían en una relación restaurada con Dios en Su reino (Isaías 56:4-8).

1. Un gran ejemplo de esto es la historia de Acán en Josué 6–7.