Hecho para esto: un estudio sobre identidad, pertenencia y propósitoMuestra
Fabricante de etiquetas
Por Danny Saavedra, pastor.
“Antes de formarte en el vientre, ya te había elegido; antes de que nacieras, ya te había apartado; te había nombrado profeta para las naciones”.—Jeremías 1:5 (NVI)
¿Sabes qué tiene pinta de ser un trabajo divertido? Ponerles nombre a los medicamentos. ¿A quién se le ocurrió Claritin, Tylenol o Flonase? Esto me llevó a pensar: ¿quién tiene derecho a nombrar o etiquetar algo? Hay dos categorías de personas:
1. Creadores: Cuando creamos algo, tenemos derecho a etiquetarlo. Cuando nacen los bebés, sus padres los etiquetan dándoles un nombre.
2. Compradores: Cuando compramos algo, tenemos derecho a etiquetarlo. Al comprar una mascota, lo primero es ponerle un nombre.
Algunas etiquetas se llevan como una insignia de honor, otras como una vergüenza. Algunas nos las ponemos nosotros, mientras que otras nos las dan. Esta colección de etiquetas da forma a nuestra identidad.
El psicólogo David Benner define la identidad como “Aquello que percibimos y experimentamos que somos: el yo que cada uno lleva dentro”. Entonces, ¿quién tiene derecho a etiquetarnos?, ¿quién tiene derecho a moldear nuestra identidad y definir quiénes somos?
Génesis 1:26 nos dice que Dios nos hizo a su imagen y semejanza; Jeremías 1:5 dice: “Antes de formarte en el vientre, ya te había elegido”. Miremos también los Salmos:
- Salmo 100:3 (NVI): “él nos hizo y somos suyos”.
- Salmo 119:73 (NVI): “Tus manos me hicieron y me formaron”.
- Salmo 139:13 (NVI): “Tú creaste mis entrañas; me formaste en el vientre de mi madre”.
Dios nos creó, nos diseñó y nos formó desde lo más íntimo hasta lo visible. Dios nos conoce más profunda, íntima y completamente que nosotros mismos. Si alguien tiene derecho a etiquetarnos adecuadamente y moldear nuestra identidad, es Dios.
Ni la sociedad, ni los medios, ni las redes sociales, ni otras personas están capacitadas o facultadas para moldear nuestra identidad. A pesar de lo que podamos creer, ¡nosotros tampoco! Nuestra identidad no está formada por sentimientos o experiencias, sino por Dios, nuestro creador. Es más, Dios no solo es el más capacitado para etiquetarnos y dar forma a nuestra identidad por ser el Creador, ¡también es el único con derecho porque Él nos compró!
1 Pedro 1:18–19 (NVI) dice: “Como bien sabéis, vosotros fuisteis rescatados de la vida absurda que heredasteis de vuestros antepasados. El precio de vuestro rescate no se pagó con cosas perecederas, como el oro o la plata, sino con la preciosa sangre de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin defecto”. El precio que Dios pagó para comprarnos fue el tesoro más valioso, impagable y precioso: su Hijo, Jesucristo. ¡Él hizo todo lo posible y pagó un gran precio por liberarnos del pecado y la muerte, darnos vida eterna, adoptarnos en su familia y llamarnos sus hijos e hijas!
Pausa: ¿Por qué es Dios el único facultado y con derecho a darnos nuestra identidad?
Practica: ¿Cuáles son algunas de las etiquetas que has llevado? ¿Cómo han moldeado tu identidad? En una tarjeta, describe las tres etiquetas más profundas que te han marcado. Debajo de la etiqueta, escribe el guion interno que esta etiqueta ha creado en ti. Al otro lado de la tarjeta, escribe una etiqueta que Dios te ha dado en Cristo, como se describe en las Escrituras.
Ora: ¡Padre, soy tuyo! ¡Todo mi ser, mi identidad, todo viene de ti y se centra alrededor de ti! Ayúdame a caminar firme y confiado en la identidad que he recibido en tu Hijo Jesús. Amén.
Escritura
Acerca de este Plan
¿Quién soy? ¿Por qué estoy aquí? ¿A dónde pertenezco? ¿Cuál es mi propósito? Si alguna vez te has planteado preguntas profundas como estas, no estás solo. En el fondo, todos sentimos que hay algo más en esta vida, que fuimos creados para algo más. En este estudio de 15 días, descubriremos quiénes debemos ser, dónde podemos encontrar un verdadero sentido de pertenencia y aceptación, y el propósito con el que Dios nos creó.
More