Venga tu reinoMuestra

ORACIÓN:

Dios, estoy agradecido porque me permites llamarte Padre Celestial. Gracias por amarme y desear estar cerca de mí. 

LECTURA:

Cuando los discípulos de Jesús piden que les enseñe a orar, Él da este ejemplo. En muchas formas, podemos usar esta oración como una hoja de ruta de cómo podemos abordar nuestra propia vida de oración. Una de las más profundas lecciones que Jesús enseña mediante esta oración se encuentra en las primeras dos palabras: "Padre nuestro".

Al usar la palabra "Padre", Jesús define la clase de relación que podemos tener con Dios. Este fue un gran cambio para los seguidores judíos de este primer siglo. No era común abordar al Dios todopoderoso con lenguaje tan familiar e íntimo. Pero quizá ese era el punto de Jesús.

Si pensamos en Dios como nuestro jefe o ejemplo celestial, o aún nuestro amigo celestial, entonces nuestra vida de oración se moldeará en una forma radicalmente diferente. Estos títulos traen expectativas y limitaciones a la relación. 

Imagina a un empleado entrando a la oficina de su jefe y haciéndole una petición. Habría un cierto tono en la interacción, una deferencia y un respeto. Ahora, imagina que la hija del jefe, de cinco años, entra a la habitación a pedir una chuchería. Ella se acercará a él en una forma completamente diferente, quizá inclusive saltando a su regazo y haciendo su petición con confianza. ¿Por qué una persona actúa diferente de la otra? Son diferentes relaciones. La clase de relación que tienes determina el nivel de acceso e intimidad. 

Por eso las palabras de Jesús son tan profundas. Cuando nos dice "Padre Nuestro", está haciendo una declaración radical respecto del tipo de relación que podemos tener con Dios. A través de Jesús, hemos sido adoptados en la familia de Dios, y podemos acercarnos con confianza, al estar invitados a una relación definida por acceso e intimidad.

(No todos tuvieron el privilegio de crecer con un padre amoroso que priorizaba las necesidades y sentimientos de sus hijos. Para algunos, puede resultar doloroso relacionar su idea de "padre" con su relación con Dios. Puede que tengas por delante un largo camino de curación antes de poder usar ese nombre de Dios con la seguridad de su amor. Pero no dejes que esas heridas te distraigan del punto principal que Jesús hace al usar la palabra "Padre" —que puedes acercarte a Dios con confianza dentro de una relación de acceso e intimidad. Dios no está confinado a los límites y heridas de nuestros padres terrenales. Él te ama como un Padre perfecto.)

REFLEXIÓN:

Una relación con Dios se define como una relación con acceso, intimidad y confianza. Deja que eso penetre. ¡Qué extraordinario es que mediante Jesús es posible tener esa clase de relación con Dios!

Tómate unos minutos y reflexiona sobre las siguientes preguntas. Mientras lo haces, pide al Espíritu Santo que te muestre cómo Dios desea tener una relación cercana contigo, su hijo. 

¿Cómo es tu actual relación con Dios? ¿Hay algún aspecto de tu corazón o de tu vida que no te atrevas a confiarle? ¿Cómo sería acercarse al Padre con completa confianza en que Él te ama y te quiere cerca?