Venga tu reinoMuestra
ORACIÓN:
Dios, gracias porque me amaste primero. Enséñame a amar a otros también.
LECTURA:
En 1917, un sacerdote llamado Edward Flanagan abrió un hogar para chicos para ayudar a los niños más necesitados y vulnerables de Omaha, Nebraska. El orfanato acogió a los chicos sin hogar, con antecedentes penales y con discapacidades. Uno de esos chicos, Howard Loomis, tuvo polio y usaba aparatos ortopédicos para las piernas muy pesados. Un día el padre Flanagan vio a uno de los chicos mayores que cargaba a Howard mientras subía las escaleras. El padre Flanagan notó el acto de bondad y le preguntó "¿No pesa demasiado?" Y el chico respondió "No es pesado Padre… es mi hermano".
Esta es una hermosa imagen de lo que significa "soportémonos unos a otros". La palabra, traducida como "soportémonos" en este pasaje, también significa "sostener". Nos trae imágenes de levantar o cargar a alguien. Al igual que ese chico cargó a Howard para subirlo por las escaleras, así se ve el amor.
De cierta manera, amar a alguien es abrirnos al sufrimiento. Su tristeza se convierte en nuestra. Esa es una de las razones por la que frecuentemente nos protegemos y somos lentos para amar. Puede ser duro abrirnos a una relación que requiera cosas difíciles e inconvenientes.
Sin embargo, esto es lo que Dios nos pide que hagamos los unos por los otros, como una comunidad de seguidores de Jesús. Nos llama a amarnos de una manera que nos cuesta. Dios no nos pide que hagamos nada que Él no ha hecho primero. Dios no protegió su corazón de nosotros. Lo derramó generosamente. Jesús unió su corazón con el nuestro. Hizo nuestro sufrimiento suyo. Hizo nuestro dolor suyo. Y ahora nos pide que hagamos lo mismo por otros. Es parte de lo que significa "vivir una vida digna del llamado que has recibido".
REFLEXIÓN:
Haz un recuento de tu vida. ¿Alguien te ha amado de la misma manera total y costosa que Jesús te ha amado? Si puedes comunicarte con la persona que viene a tu mente, agenda tiempo con ellos esta semana o la próxima—tal vez reunirse para tomar una taza de café o una llamada por Zoom. Reúnete con ellos y diles lo que sigificó para ti que ellos "te soportaran".
Luego imagina a alguien sentado contigo años más tarde diciéndote exactamente lo mismo.
Pídele al Espíritu Santo que te de Sus ojos y Su corazón para ver a las personas. Pídele que veas a los demás de la misma manera que te ve a ti y que respondas de la misma manera que Él responde.
Escritura
Acerca de este Plan
Hemos oído que Jesús ofrece “vida plena” y ansiamos esa experiencia. Queremos esa vida que está al otro lado del cambio. Pero, ¿qué tipo de cambio necesitamos? ¿Y cómo llevamos a cabo el proceso de cambio? En Kingdom Come, explorarás una nueva forma de vivir la vida al revés y al derecho a la que Dios nos invita.
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