Venga tu reinoMuestra

ORACIÓN:

Dios, ayúdame a ver cómo estás trabajando hoy en mí. 

LECTURA:

A primera vista, estos versículos podrían resultar confusos. ¿Está diciendo Pablo que la salvación es algo que tenemos que ganar con el tiempo, algo que se supone que tenemos que "conseguir"? Sabemos a través de otros pasajes de las Escrituras que la salvación no es algo que logramos; es algo que recibimos. Es un regalo de gracia dado gratuitamente a nosotros por Dios. Por lo tanto, ¿a qué se refiere Pablo entonces?

La clave para comprender la frase "ocupaos en vuestra salvación" está precisamente en el siguiente versículo cuando Pablo escribe: "porque Dios es el que en vosotros produce". Pablo está animando a los seguidores de Jesús a continuar avanzando hacia la madurez espiritual. Seguir a Jesús no es simplemente una decisión de un momento en el tiempo. Es precisamente una serie de momentos y decisiones que se van añadiendo en nuestro proceso de transformación. En el momento de la decisión inicial de seguir a Jesús, Dios te declara inocente y justo ante su vista. Él te da un nuevo estatus y posición como hijo de Dios. La palabra teológica para esto es justificación. El resto del camino es el proceso por el cual llegamos a ser prácticamente lo que Dios ya nos ha declarado que seamos. Esto es la santificación. Dios está comprometido con este proceso en tu vida. Él está produciendo en ti "el querer como el hacer, por su buena voluntad". Pero esto no es algo que se produzca sin tu participación. 

El evangelista del siglo diecinueve, George Müller dijo lo siguiente: "El creyente debe terminar, debe llegar a la conclusión, debe conseguir hasta la máxima consecuencia lo que ha sido dado por Dios en principio... Debe trabajar por lo que Dios en Su Gracia ya ha realizado."

Esto es lo que en última instancia trata el proceso del crecimiento espiritual: trabajar en lo que Dios está trabajando. Somos colaboradores de Dios en la obra de transformación que Él está haciendo en nuestras vidas. 

REFLEXIÓN:

Encuentra un lugar tranquilo y reposa para tener un tiempo tranquilo con Dios. Tendrás que luchar para conseguirlo pero sé intencional para encontrar ese lugar donde puedas internamente estar tranquilo. 

Pídele a Dios que te ayude a estar más consciente de Su presencia. Pídele que resalte en qué aspectos Él ha estado trabajando en ti y cómo puedes participar activamente en tu crecimiento espiritual. Finalmente, dale gracias por su fidelidad y pídele que moldee tu capacidad de ver a Su Espíritu trabajando en ti.