No Te PreocupesMuestra
Paz en Cristo
Filipenses 4:7 dice: “Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús”. No se trata solo de cuidar tu corazón y tus emociones, sino también tu cuerpo. Cuando el cuerpo tiene aflicciones, el corazón puede sufrir ataques y la mente puede sufrir ansiedad. A medida que envejecemos, el corazón se vuelve más débil para soportar las cargas y dificultades de la vida.
La paz de Dios es algo que no solo sobrepasa todo entendimiento sino que excede nuestros caminos naturales. Esta paz excede lo natural y hace que mantengamos la calma sin importar nuestras circunstancias. Guarda el corazón. No perdemos la cabeza y nuestro corazón late como debe. Esta paz mantiene la mente y el cuerpo sanos. La paz de Dios no solo produce un efecto en mi alma sino que también provoca algo en mi cuerpo. Estoy sano en medio de circunstancias difíciles.
La paz de Dios te orienta y te mantiene enfocado en Cristo. Te permite experimentar la realidad de Cristo porque no podrías soportar las circunstancias y vivir de la misma manera si no tuvieras a Cristo en tu vida y vivieras sometido al Espíritu. La paz de Dios produce el efecto de estar centrados en Cristo y comprender que esto es posible sólo a través de Su obra en nosotros.
El resultado es paz en medio de la adversidad. Los problemas pueden continuar, y puede que no haya un día ni una hora exacta de cuánto durará tu situación, pero nuestra vida no depende de saber cuándo terminarán las dificultades por las que estamos pasando. Nuestra vida depende de Dios. Tener la paz de Dios me permite estar tranquilo y seguro en medio de los problemas.
Pablo no enseña que, con Cristo, los problemas ya no serán parte de nuestra vida. No enseña un evangelio que es un amuleto de buena suerte, donde todo será perfecto. ¡No es así! Pablo dice que los que están con Cristo pueden pasar por las mismas circunstancias que cualquier otra persona, pero con la gran diferencia de que Cristo, que es la paz de Dios, produce el efecto de vida en el Espíritu. Es una realidad diferente que sobrepasa todo entendimiento.
Escritura
Acerca de este Plan
Recordemos que Jesús mismo habló a sus discípulos diciendo: “En el mundo tendréis aflicción. ¡Pero anímate! He vencido al mundo." En general, como hijos de Dios, no estamos exentos de aflicción, problema o prueba. Tenemos una vida victoriosa, pero eso no nos impide pasar por el dolor como enseñó Pablo. Cómo reaccionamos ante las pruebas habla más fuerte que lo que predicamos.
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