No Te PreocupesMuestra
Orar con acción de gracias
El tipo de oración sobre la que escribe Pablo no es una de manipulación de las personas o de Dios. Pensamos que manipulando a Dios a través de la oración o pidiéndole que manipule a otros, obtendremos cosas. Pero Filipenses dice que nuestras oraciones deben ser con acción de gracias.
Hay oraciones que producen un espíritu de incredulidad y aflicción. En lugar de eliminar la preocupación de nuestras vidas, esas oraciones producen estrés. Son oraciones que tratan de manipular a Dios con autoconcentración, queriendo manipularlo psicológicamente. ¿Crees que podemos manipular a Dios? Dios no puede ser manipulado.
Ese tipo de oraciones no producen nada bueno, ni son la forma de comunicarse con Dios. En realidad, esas son oraciones de incredulidad. Pablo dice que nuestras oraciones deben tener el sabor de la gratitud, porque de esta manera se convierten en oraciones de fe.
Pablo dice que “la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará nuestros corazones y nuestros pensamientos en Cristo Jesús”. Cuando oramos correctamente a Dios en medio de nuestra situación de angustia, esto producirá paz. No es una paz que viene de algo externo, sino que solo Dios puede producir dentro de ti.
La respuesta no es que el problema se vaya a resolver. Pablo no está diciendo que el problema se resolverá inmediatamente. Él dice que cuando oras con acción de gracias, la paz de Dios vendrá y guardará tu corazón y tu mente. La paz de Dios se produce a través de tu oración de fe en medio de tus circunstancias.
Normalmente, ponemos nuestras aflicciones al frente y al centro; hay dos maneras en que podemos esperar los resultados. Por un lado está tu preocupación, que viene con miedo por el resultado, y por otro lado está la paz de Dios, que llena nuestros corazones y mentes. En ninguno de los lados se resuelve el problema, pero puedes elegir de qué manera enfrentarás el futuro. Uno está lleno de ansiedad: el problema no está resuelto, pero su vida tendrá las consecuencias de la preocupación y el miedo, y los resultados que producen. Por otro lado, aunque el problema no desaparece, tienes paz en tu corazón y mente. Con la paz de Dios, estarás bien pase lo que pase.
Escritura
Acerca de este Plan
Recordemos que Jesús mismo habló a sus discípulos diciendo: “En el mundo tendréis aflicción. ¡Pero anímate! He vencido al mundo." En general, como hijos de Dios, no estamos exentos de aflicción, problema o prueba. Tenemos una vida victoriosa, pero eso no nos impide pasar por el dolor como enseñó Pablo. Cómo reaccionamos ante las pruebas habla más fuerte que lo que predicamos.
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