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El pueblo de Dios
Por S. George Thomas
Ron Hall creció en Haltom City, ubicada en las afueras de la ciudad de Fort Worth, Texas. Después de servir un período de dos años en el ejército, casarse con su novia de la univerasidad Deborah y obtener su maestría, Ron se convirtió en un comerciante internacional de arte muy rico, que viajaba por el mundo comprando y vendiendo obras de Picasso y Van Gogh valoradas en millones. Ron y Deborah vivían el sueño americano. Un día Deborah vio un artículo en el periódico sobre personas sin hogar donde mencionaban la Misión Union Gospel, un lugar en Fort Worth que ministra a hombres, mujeres y niños sin hogar. Mientras Deborah leía sobre la misión, inmediatamente supo que Dios la estaba llamando a involucrarse.
Deborah, llevando a su esposo Ron con ella, se inscribió para ser voluntaria en la misión y servir comida a las personas sin hogar por tres o cuatro horas todos los martes por la noche. Mientras conducían de vuelta a casa después de su primera visita a la misión, Deborah le dijo a Ron que a pesar de que la sociedad se inclina a pensar que los que no tienen hogar son víctimas de su propio desatino y haraganía, ella sentía que había mucho más que eso debajo de la superficie, esperando ser descubierto. Esa noche soñó con la misión y en su sueño vio el rotro de un hombre sabio que cambiaría la ciudad. El sueño le recordo un versículo que había leído en Eclesiastés 9:15 que decía: “y se halla en ella un hombre pobre, sabio, el cual libra a la ciudad con su sabiduría; y nadie se acordaba de aquel hombre pobre.” Cuando le contó a Ron su sueño, él no la cuestionó; Deborah era una de las personas más santas que conocía. Ella constantemente pasaba tiempo con el Señor en oración y buscando Su propósito para su vida.
Durante las siguients dos semanas, Deborah y su esposo fueron voluntarios en la Misión Union Gospel en Fort Worth los martes. Con una sonrisa permanente, todos podían ver que ella disfrutaba servir en la misión. Cuando veía las caras de las personas a las que servía, Deborah no veía su falta de hogar; ella veía a Jesús solamente. Ella hizo un esfuerzo por conocer a cada persona, llamándolos por su nombre e insistiendo siempre en llamar a todos los que llegaban a la misión "el pueblo de Dios".
Durante el tercer martes que servía en la misión, un hombre negro, enorme, de unos 60 años, vestido con harapos irrumpió en el lugar gritando y amenazando con matar al que le hubiera robado sus zapatos. Deborah se acercó a Ron y le susurró "¡Ese es él! Es el hombre que ví en mi sueño … el que cambia toda la ciudad.” Ron la vio con incredulidad mientras ella decía “Y creo que Dios me está diciendo que tú debes hablar con él.”
Después de hacer unas cuantas preguntas, los Hall descubrieron que su nombre era Denver y que venía a la misión todos los martes. Cada vez que Deborah le servía, lo veía a los ojos y decía “Denver, Dios tiene un llamado para tu vida.” Cuando Denver le advirtió que no se metiera con él porque era un hombre malo, Debora le respondió “¡No eres un hombre malo, y no quiero oír que vuelvas a repetir eso!” Queriendo que lo dejaran en paz, Denver comenzó a evitarla. Pero, sin importar cuánto lo intentaba, no parecía poder evitar de Deborah le hablara.
Después de algunos meses de trabajar como voluntaria, Deborah comenzó a querer hacer más que alimentar a las personas sin hogar. Ella quería ver que sus vidas cambiaran, y que sus corazones rotos sanaran. Se desvanó el cerebro pensando cómo podría traer gozo a algunas de las vidas de estas personas, y decidió organizar una noche de Salón de Belleza donde ella y algunos otros voluntarios mimarían a las mujeres haciéndoles manicuras, pedicuras, faciales y cambios de imagen. Eso los llevó a organizar noches de películas y luego noches de cumpleaños. Todo ese tiempo, Denver observaba lo que los Hall hacían. Y con el tiempo, llegó a la conclusión de que eran una pareja genuinamente buena que realmente quería ayudar a las personas.
Por insistencia de Debora, Ron invitó a Denver a desayunar y para su sorpresa, Denver aceptó. Mientras los dos hombres comían, Denver le preguntó directa y francamente a Ron “¿Qué es lo que quieres de mi?” La pregunta sorprendió a Ron por un segundo, pero decidió ser igual de directo y respondió “sólo quiero ser tu amigo.” Denver se quedó en silencio por un momento y finalmente dijo “Déjame pensarlo.”
No fue de inmediato, pero eventualmente, Ron, Deborah y Denver comenzaron una amistad verdadera y duradera. Comenzaron a pasar tiempo juntos. Los Hall hasta ayudaron a Denver a obtener su permiso de conducir. Dios, moviéndose de formas misteriosas y milagrosas, usó la amistad entre Denver y los Hall para acercarlos a Él y trabajar a través de sus vidas para alcanzar a muchos otros. Por su historia y una serie de circunstancias que Dios ordenó, se recaudaron cinco mil dólares para unas nuevas instalaciones de la misión que llamaron “Nuevo Comienzo,” y el sueño de Deborah de cómo Dios usaría a un hombre de la misión para cambiar la ciudad se hizo realidad.
La Biblia es clara en que cuando salimos de nuestra naturaleza egoísta y alcanzamos a los que tienen necesidad, Jesús considera lo que hacemos como si lo hiciéramos por Él. Deborah Hall realmente comprendió el concepto, aunque tenía dudas al principio y su esposo también. Salieron de su zona de confort y alcanzaron a personas por las que el mundo se había dado por vencido—los hambrientos, sedientos, sin hogar, enfermos y solitarios … esos a los que Jesús llamaba “el menor de estos.” Ellos permitieron que sus corazones se rompieran al ver la necesidad a su alreadedor, y decidieron ver a cada persona como un hijo de Dios.
¿Le pedirás a Dios que te ayude a ver a los que están a tu alreadedor a través de Sus ojos?
Versículo de memoria
¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? ¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? Como está escrito: ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas!. Romanos 10:14–15
Escritura
Acerca de este Plan
Este devocional de 21 días de Gateway Church busca animarte e inspirarte a seguir la Gran Comisión de Jesús: "Vayan por todo el mundo y anuncien las Buenas Nuevas a toda criatura" (Marcos 16:15 NVI).
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