Encontrando descanso en los ritmos de la vidaMuestra

El ritmo de la oración

Cuando he preguntado a personas, "¿qué es la oración?" muchos respondieron que significa hablar con Dios. Muchos de los que he sondeado también dijeron que oran más cuando están en necesidad. Estas fueron dos respuestas frecuentes.

Al explorar el ritmo de la oración, por el contrario, Dios me ha mostrado los defectos de estas perspectivas en mi vida. Por supuesto, la necesidad de orar en medio de la dificultad es ciertamente comprensible. Pero si permito que esto sea mi único conocimiento y práctica de la oración, me estoy privando a mí mismo de los fantásticos beneficios y bendiciones de una vida de oración. Cuando veo la oración como una forma de hablar con Dios, sé que esto tiene connotaciones en mi lenguaje o pedidos hechos hacia Él. Honestamente no hay mucho de mí escuchándolo a Él. Si estoy conversando con el Señor a través de la oración, necesito tener una postura para recibir instrucciones. También, si el único momento que busco orar a Dios es en medio de la crisis, me pierdo los hermosos beneficios de la comunicación con Él en medio de la paz.

Nuestra oración no solo es una defensa en contra de las dificultades y los juicios de la vida. La oración se convierte en el medio por el cual podemos navegar y avanzar con un propósito. Si intentamos vivir fuera del descanso que hemos descubierto en Cristo, es a través de la oración que mantendremos una conversación con Quien está guiando nuestra vida. Debemos mantenernos como personas de oración. Si nosotros como seguidores de Jesús permitimos que nuestra necesidad de oración disminuya, comenzaremos a apoyarnos en nuestra naturaleza frágil y perdida, antes que en el poder enorme y maravilloso de Dios.

Como dice Proverbios 3:5-8, "Confía en el Señor de todo corazón y no te apoyes en tu propia inteligencia. Reconócelo en todos tus caminos y él enderezará tus sendas. No seas sabio en tu propia opinión; más bien, teme al Señor y huye del mal. Esto infundirá salud a tu cuerpo y fortalecerá tus huesos". Necesitamos la sabiduría de Dios si deseamos vivir con propósito y claridad en el reposo que hemos encontrado en Él. Cuando dedicamos nuestros corazones a la oración, podemos confiar que el Señor dirigirá nuestros pasos.

Hemos visto que la oración inquebrantable y esperanzadora lleva a un renacimiento. En 1800, un hombre llamado E. M. Bounds estaba buscando a Dios como una estrategia de romper la oscuridad que cubría su ciudad. Su idea inicial fue establecer una sesión de oración semanal que a veces duraba varias horas. Dios hizo un trabajo maravilloso en Franklin, Tennessee, durante este tiempo. Cuando escribía sobre esta increíble sesión de renacimiento, Bounds dijo, "Nuestra necesidad de orar debe ser impulsada y perseguida con una energía que nunca se canse; una persistencia que no sea negada, y coraje que nunca falle".[2]

Como dice Proverbios 3:5-8, confiar en la guía y el poder del Señor traerá sanación y refrigerio. Muchos de nosotros tenemos heridas espirituales o emocionales que necesitan restauración. Cuando oramos, tenemos la experiencia de buscar que las cosas espirituales ocurran. Aumenta nuestra fe y nos guía a ir confiados ante su trono.

Hay una historia en la Biblia en la cual un hombre llamado Jacob luchaba físicamente con Dios. (Al margen de cualquier contexto, sé lo disparatado que suena). Una de las cosas que vemos en la historia es a Jacob diciéndole a la persona que lucha con él, "No cederé" hasta que me bendigas. Pienso cuán a menudo en nuestro deseo de ser devotos, hacemos oraciones frívolas, a veces a medias, y lamentamos que no vemos respuesta. 

De ninguna manera estoy diciendo qué tipo de esfuerzo se necesita para recibir una respuesta a nuestra oración, pero noto la veracidad y tenacidad demostrada en la esperanza de oír de Dios en esta historia. Es un ejemplo de no ceder hasta que el Señor hable, sin dudar de que Él es la única fuente de respuesta. Practicar un ritmo en la oración condicionará nuestro corazones a confiar en Dios como la única fuente de resolución de nuestras plegarias, y disminuirá nuestro deseo de ver las cosas ocurrir a nuestro tiempo.

Escrituras: Mateo 6:5-15

E. M. Bounds, El trabajo completo de E. M. Bounds sobre la oración: experimenta las maravillas de Dios a través de la oración(Grand Rapids: Baker Books), 2004.