Encontrando descanso en los ritmos de la vidaMuestra

El ritmo de servir

Una de las mejores formas que podemos recordar y experimentar el reposo que encontramos en Cristo es a través del servicio. Se nos dice que somos redimidos y transformados por la obra de Cristo, y la misión de nuestra vida en la tierra es invitar a personas a ser parte de esta historia. Como Henri Nouwen dice, "Nuestro mayor logro es darnos para otros."[7] A través de la gracia de Dios, somos estimulados en nuestra alma cuando podemos servir a otros. Es uno de esos hermosos principios del reino en el cual somos renovados mientras otros reciben.

Me encanta escuchar historias de gente que experimentó el amor de Cristo en una forma completamente diferente cuando se dieron a otros en servicio. Recuerdo una charla con alguien que se registró como voluntario en una organización que se focalizaba en servir a niños con capacidades diferentes. Ella hablaba sobre su vacilación y resistencia cuando se encomendó a hacerlo pero decidió continuar. El primer día, dijo que su mundo había cambiado y nunca más fue la misma. Comenzó a ver como sus pequeños y simples actos de servicio eran enormes en las vidas de esos alumnos. Vio cómo quitar la mirada de ella misma y servir a otros la ayudó a ver el amor de Cristo con nuevos ojos.

Ya sea como voluntario en un club de niños y niñas, en una residencia de ancianos o en una iglesia, servir puede despertar la conciencia de los demás y ayudarnos a pensar más allá de nosotros mismos y de nuestro deseo de felicidad y plenitud.

Una de las cosas más locas que he visto en la Biblia está en Juan 13 cuando el Rey de Gloria se arrodilla y lava los pies de sus seguidores. El poder en este acto no puede ser exagerado. En este momento, Jesús muestra que, a pesar de que Él tiene todo el poder, elige aprovecharlo para levantar a otros sobre si mismo. Jesús mismo dijo que vino a servir y no a ser servido. Fue guiado por el Espíritu cuando buscó servir a otros. Necesitamos el mismo poder para ayudar también. Nuestro deseo es cumplir el mandamiento de amar a nuestros vecinos como a nosotros mismos, eso nos ayuda a darnos cuenta de que no hay forma que esto ocurra sin la guía del Espíritu. Podemos descansar al saber que dependemos de Él para sostenernos.

[7] Henri Nouwen, "Tú eres mi amado": La vida espiritual en un mundo secular (New York: Crossroad Publishing Company) 2002.