A prueba de tormentasMuestra

Después de pasar más de 350 días sofocantes e interminables en el arca con leones, hienas y urracas, Noé y su familia fueron casi libres de comenzar a vivir en tierra seca una vez más.

A medida que te das cuenta del capítulo final de tu tormenta, tómate el tiempo para regocijarte en todo lo que Dios ha hecho por ti en medio de ella. No pierdas la oportunidad de respirar el aire fresco del nuevo comienzo que Dios ha provisto solo para ti.

La espera que experimentaron Noé y su familia antes de poder salir del arca debe haberles parecido interminable y, sin embargo, permanecieron dentro del recipiente hasta que Dios dijo: “Salgan del arca”. Esperar el tiempo de Dios es a menudo una de las partes más difíciles de una tormenta que asalta nuestras vidas. Sin embargo, ¡puedes estar seguro de que Dios te hablará en el momento justo y te dará instrucciones sobre tu “fiesta de nuevos comienzos”!

¡La primera acción que Noé decidió tomar después de desembarcar del arca fue construir un altar al Señor! ¡Dios se acordó de Noé y Noé se acordó del Señor! Noé no se lamentó de no tener casa donde vivir ni se quejó de la falta de campos cultivados; expresó su gratitud al Dios que hace nuevas todas las cosas.

Y luego, como el gran “Amén” del diluvio, Dios dio una demostración visual cuya señal serviría como recordatorio en todas las edades venideras de que había hecho el compromiso de nunca más destruir la creación con un diluvio. La demostración visual de la promesa eterna de Dios fue un arco iris.

¡Servimos a un Dios que hace pactos y cumple promesas! Al dejar atrás los estragos que una tormenta ha creado en tu vida, recuerda que Dios cumple cada promesa que hace. Él es un Dios fiel que es fiel a Su Palabra. ¡Él siempre tendrá la última palabra y siempre será una buena palabra! Quizás nunca sepamos completamente el propósito de la tormenta que atravesamos, pero podemos saber que Dios siempre cumple sus promesas.