Pasos hacia ShalomMuestra
Mejor paz que posesiones
Tengo un amigo que se ganaba la vida construyendo casas de lujo personalizadas y luego vendiéndolas. Mientras las casas se construían y se vendían, mi amigo y su familia vivían en ellas. Esta fue una decisión práctica que le ahorró a la familia el dinero que tanto necesitaban.
Una vez le pregunté a su esposa si disfrutaba de este subproducto del negocio de su marido. Ella dijo: “¿Sabes qué? He vivido en casas sencillas y en casas de lujo y esto es lo que he aprendido: cuando cierras los ojos por la noche para ir a dormir, ¡todas son exactamente iguales!”
Me di cuenta de que realmente no vivimos en nuestros hogares; residimos en nuestros cuerpos. Nuestra casa puede ser sencilla y humilde o elegante y lujosa, pero al final del día, nada de eso dicta cómo nos sentimos. Vivimos en nuestros cuerpos; cómo pensamos, qué creemos y si tenemos o no shalom es lo que determina cómo nos sentimos cuando cerramos los ojos por la noche.
Nuestros cuerpos están con nosotros todo el día y toda la noche; ellos son nuestra verdadera morada. Lo que ponemos en nuestra cabeza y en nuestro corazón es mucho más importante que las cosas que tenemos en nuestros hogares.
Esto es lo que quiso decir el rey Salomón en Proverbios cuando escribió: “Mejor es un bocado seco, y en paz, que casa de contiendas llena de provisiones.” (17:1). Es mejor poseer poco pero vivir en paz y tranquilidad que alcanzar todo lo que hay que tener pero vivir en un estado de confusión. Los sabios judíos enseñaron que esto es cierto en lo que respecta a nuestros hogares reales – no necesitan ser lujosos, pero sí pacíficos – y también es cierto para nuestro propio ser – no necesitamos mucho, pero necesitamos paz de espíritu para ser feliz.
Nuestra generación necesita esta sabiduría más que cualquier otra. Irónicamente, debido a que tenemos la capacidad de tener más cosas materiales, corremos el riesgo de ser menos felices que las generaciones anteriores. De hecho, los estudios han demostrado que nuestra generación es más melancólica que las anteriores que vivían con menos.
Además, los estudios han indicado que las personas en los países con el nivel de vida más alto no se correlacionan con las personas más felices. De hecho, a veces las comarcas con mucho menos a su disposición tenían algunas de las personas más alegres del mundo.
Las palabras del rey Salomón son un buen recordatorio de que la paz mental es más satisfactoria que cualquier cosa que pongamos en nuestro estómago. Las buenas relaciones con nuestros seres queridos son mucho mayores que cualquier cosa que el dinero pueda comprar. Todo el mundo quiere encontrar la felicidad, pero sólo algunos buscarán en los lugares correctos.
Paso 4: Valore la paz más que las posesiones. A veces, incluso sin saberlo, sacrificamos la paz por el bien de las cosas. Por ejemplo, podríamos comprar algo que no podemos permitirnos. O, en casos extremos, las personas podrían sacrificar relaciones cercanas por desacuerdos menores que involucran posesiones materiales. Si vamos a vivir con shalom, debemos de verdad comprender qué realmente vale más que cualquier cosa que el dinero pueda comprar.
Escritura
Acerca de este Plan
En el judaísmo, la paz (shalom) tiene sus raíces en la palabra hebrea shalem, que significa “total” o “completo”. El verdadero shalom implica que las diversas partes dejan de lado sus diferencias a propósito y acuerdan ver el bien el uno en el otro, no sólo viviendo juntos sino entre sí por un llamado o propósito superior. Este plan devocional explora 12 pasos diferentes que todos podemos dar para lograr shalom en nuestras vidas.
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