Pasos hacia ShalomMuestra

Sé un puente para la paz

Los sabios judíos enseñaron que hay tres símbolos para la paz: el río, el pájaro y el hervidor de agua.

He aquí por qué: un río se utilizaba tradicionalmente como medio de conexión entre una ciudad y otra. Era una manera de que las personas hicieran negocios entre sí y se conocieran. Un pájaro tiene su hogar en la tierra, pero puede volar muy alto en el cielo. Une el cielo y la tierra mientras viaja entre los dos. … 

El hervidor de agua toma dos fuerzas opuestas y las une para crear algo bueno. El fuego quiere hervir el agua; El agua busca extinguir un incendio. Sin embargo, cuando un hervidor de agua se interpone entre ellos, ambos prosperan y juntos crean una sustancia que contribuye a la humanidad.

En la Biblia, Dios ordenó a los israelitas que construyeran el Tabernáculo, una estructura temporal que serviría como santuario hasta que se construyera el Templo en Jerusalén. Justo antes de que comenzara la construcción del Tabernáculo, Moisés reunió a todo el pueblo como un grupo unificado. Moisés enseñó al pueblo que el Tabernáculo serviría como un canal para la unidad y asumiría las tres cualidades: del río, del pájaro y del hervidor de agua.

Como un río, el Tabernáculo y luego el Templo serían una forma para que las personas se conectaran entre sí. Sería un lugar de encuentro para todo Israel cuando vinieran como peregrinos durante las tres festividades obligatorias.

El Tabernáculo también funcionaría como un pájaro, conectando el cielo y la tierra. Este era el lugar donde una persona podía experimentar a Dios más intensamente. Era el lugar donde residía la gloria de Dios en el Lugar Santísimo, y donde el Sumo Sacerdote, en nombre del pueblo, buscaría expiación por los pecados de Israel.

Finalmente, el Tabernáculo tenía el poder de un hervidor de agua. Si bien las personas a menudo tenían diferentes creencias y opiniones, lo que llevaba a discusiones y divisiones, el Tabernáculo se presentaba como un símbolo de todo lo que la gente tenía en común: la creencia en Dios y el deseo de servirle. Todas las diferencias desaparecían por el bien de la causa común.

Hoy en día ya no tenemos el Tabernáculo ni el Templo, pero los sabios enseñan que cada individuo puede convertirse en un “minisantuario”. Todos podemos crear un lugar para que Dios habite en nuestro interior y servir como canal para el shalom. Podemos ser una encarnación viva de la Torá, de la cual está escrito: "…todos sus caminos son paz" (Proverbios 3:17).

Como un río, unamos a las personas construyendo puentes de comprensión y estableciendo conexiones. Como el pájaro, esforcémonos por conectarnos con los cielos incluso mientras vivimos en la tierra. Y como el hervidor de agua, hagamos shalom entre fuerzas opuestas, mientras nos concentramos en nuestros valores, creencias y propósitos de Dios en común.

Paso a paso 8: Conviértete en un constructor de puentes. Más recientemente, el Papa Francisco recordó a los cristianos de todo el mundo que es su deber “no levantar muros, sino puentes”. Busca maneras de unir a diferentes tipos de personas para buenos propósitos en todas las áreas de tu vida.