Pasos hacia ShalomMuestra
Dominio de la paz mental
Ell rabino de Kelm (Rusia del siglo Xix) fue conocido por decir: “Una persona que ha dominado la paz mental lo ha ganado todo”.
En Génesis 37, aprendemos que Jacob había dejado la casa de Labán y había regresado a la tierra de Canaán. Según la tradición judía, el único pedido de Jacob cuando regresó a Tierra Santa fue vivir en paz mental. El capítulo comienza diciéndonos que Jacob se estableció en la tierra de sus padres.
Los rabinos enseñan que cuando Jacob se estableció físicamente en Canaán, también le pidió a Dios la capacidad de “establecerse” de una manera más espiritual después de las décadas de turbulencia que había soportado hasta aquel momento. Jacob quería vivir en shalom, en paz y tranquilidad.
Irónicamente, lo que sigue es uno de los episodios más inquietantes en la vida de Jacob. Leemos sobre los celos entre el hijo favorito de Jacob, José, y sus hermanos, que culminó con José siendo vendido a nómadas que se dirigían a Egipto y con Jacob siendo falsamente informado que su amado hijo estaba muerto. ¡Qué podría ser más inquietante que eso!
Los sabios judíos explican que cuando Jacob pidió tranquilidad a Dios, fue exactamente cuando comenzó la ruptura entre José y sus hermanos. ¿Porque Jacob quería tranquilidad, Dios le envió rivalidad y división? ¿Cómo tiene esto sentido?
Cuando Dios permitió más tumulto en la vida de Jacob, no fue porque negó su petición; de hecho, se la estaba concediendo. Fue sólo a través de la experiencia de turbulencias extremas que Jacob pudo aprender cómo experimentar tranquilidad constante.
Si alguna vez has visto a un surfista experimentado surfear las olas de un océano rugiente, entenderás cómo funciona este concepto. En el caso del surfista, no importa lo turbulentas que estén las aguas. Las olas suben y bajan, chapotean y chocan. Sin embargo, el surfista mantiene la calma y cabalga sobre el tumulto que hay debajo con total confianza.
Ciertamente, Dios podría haber concedido la petición de paz de Jacob sin ningún disturbio. Pero esa sería una paz condicional, que podría romperse en cualquier momento. Dios quería darle a su amado siervo una tranquilidad aún mayor, una que fuese más profunda y estable, una tranquilidad que Jacob pudiese cabalgar a través de las turbulencias de la vida.
Dios quería que Jacob aprendiera que la tranquilidad y la paz provienen de adentro, no de las condiciones externas. Una vez que Jacob pudo pasar por lo peor que la vida tenía para ofrecerle, pudo aprender a superar cualquier cosa. Jacob descubrió una paz que duraría el resto de su vida.
Tal vez conozcas a algunas personas que aparentemente lo tienen fácil en la vida, pero que por dentro están en constante tumulto. Otras personas cargan con sus propios problemas y, sin embargo, permanecen tranquilas e inalteradas. El secreto está en cómo de conectados estamos con la fuente suprema de paz — Dios.
El judaísmo tiene una larga tradición de conectarse con Dios en paz y tranquilidad a través de la oración y la reflexión silenciosas. El objetivo de todo creyente debe ser mantener un lugar de fe y calma incluso en las situaciones más inquietantes, manteniendo nuestra mirada fija firmemente en Dios.
Paso 2: Hacer de la paz una prioridad. Hasta que hagamos del shalom un objetivo que estemos comprometidos a lograr, es mucho menos probable que lo alcancemos. Date el tiempo y el espacio para practicar shalom conectándote con Dios, entregándole el control y confiando en los caminos de Dios diariamente.
Escritura
Acerca de este Plan
En el judaísmo, la paz (shalom) tiene sus raíces en la palabra hebrea shalem, que significa “total” o “completo”. El verdadero shalom implica que las diversas partes dejan de lado sus diferencias a propósito y acuerdan ver el bien el uno en el otro, no sólo viviendo juntos sino entre sí por un llamado o propósito superior. Este plan devocional explora 12 pasos diferentes que todos podemos dar para lograr shalom en nuestras vidas.
More