Viajando con Jesús - Devocional de Cuaresma de 40 díasMuestra

Luego, sabiendo que todo había terminado y para que la Escritura se cumpliese, Jesús dijo: “Tengo sed”.

Jesús colgaba en esa viga de madera, luchando por respirar. Sabiendo que el fin estaba cerca, gritó en agonía física: “tengo sed”.

¿Por qué?

Tal vez, haya profundas razones teológicas. Quizá Se refiera al anhelo de Su alma que la gente llegue a Su reino. 

Pero yo creo, que en este punto, Él gritó con los labios resecos expresando Su humanidad. Si, Él era totalmente Dios pero también era totalmente humano. Él soportó la tortura en su carne. Él sufrió como humano con el propósito de liberar a toda la humanidad.

Aquel que es el Agua Viva ahora expresaba Su sed desesperada.

Jesús acepta Su necesidad de beber algo. Deja de lado Su derecho a ser invulnerable con el propósito de alcanzar a una humanidad que sufre.

Aplicación

¿Estoy actuando como si tuviera todo bajo control? ¿Me doy cuenta que el ser vulnerable no me hace débil? ¿Voy a la fuente de Agua Viva con el propósito de vaciarme llenando la vida de los demás?

Inclínate

Jesús, siento reverencia por Ti al sólo recordar cuán vulnerable te convertiste por mi bien. Que Tú —el Agua Viva— pudieras expresar Tu sed para que yo me identificara plenamente contigo. Tú sufriste como un hombre. Experimentaste cada golpe, cada latigazo, cada clavo, como un hombre. Caigo de rodillas en reverencia. Amén