Viajando con Jesús - Devocional de Cuaresma de 40 díasMuestra

La magnitud de la crucifixión de Jesús se reflejó en la naturaleza. La oscuridad cubrió el terreno, la tierra se sacudió violentamente, las rocas se partieron.

No era posible que los que atestiguaron estas señales las atribuyeran a la coincidencia. La naturaleza se hacía eco de la completa devastación del momento.

El centurión y sus camaradas gimieron de terror reconociendo finalmente que Jesús era el Hijo de Dios.

Pero reconocerlo y poner la fe en Jesús son dos cosas totalmente diferentes . En realidad, hasta Satanás reconoce que Jesús es el Hijo de Dios. Lo que haces al reconocer esa Verdad determina tu vida aquí y para siempre.

La naturaleza testifica del glorioso poder de Dios. En Romanos 1, Pablo escribe: porque desde la creación del mundo las cualidades invisibles de Dios, es decir, Su eterno poder y Su naturaleza divina, se perciben claramente a través de lo que Él creó, de modo que nadie tiene excusa.

No nos quedemos exclamando, “Ciertamente, Él era el Hijo de Dios”. Digamos con deleite que ciertamente Él esmi Dios. 

Aplicación

¿Qué estoy haciendo con mi conocimiento de Dios? ¿Está cambiando mi manera de vivir? 

Inclínate

Dios de gracia, a veces, me quedo atrapado en el conocimiento intelectual. No se convierte en conocimiento del corazón. No permito que Tu verdad me cambie. Perdóname por ser insensible y descuidado con Tu palabra. Amén