Operación A Corazón AbiertoSample

UN CORAZÓN ENFERMO.

En pleno siglo XXI, la medicina no ha logrado tener claridad de la causa exacta del SÍNDROME DEL CORAZÓN ROTO o también llamada MIOCARDIOPATÍA DE TAKOTSUBO, la cual es una afección cardíaca que a menudo se debe a situaciones estresantes y emociones extremas, provocando tener dolor repentino en el pecho o pensar que están teniendo un ataque cardíaco, haciendo que el corazón se contrae con más fuerza.

Pero, ¿qué dice la Biblia sobre nuestro corazón? El corazón está compuesto del alma, que es el asiento de las emociones, deseos y sentimientos. La Biblia nos habla del Rey David que fue llamado el hombre según el corazón de Dios, David tenía muchos defectos, pero tenía algo que agradaba a Dios: un corazón enseñable, sin embargo, en un momento de su vida cayo en pecado, pero después de ser confrontado por el profeta Natan tuvo la capacidad de reconocer su pecado, arrepentirse genuinamente y clamar por el perdón de Dios, porque sabía que el pecado lo mantenía alejado de la presencia de Dios. El precio del pecado de David, asesinato y adulterio, fue elevado trayendo consecuencias, y este pasó el resto de su vida lamentándolos, experimento algo similar al síndrome del corazón roto. En el libro de SALMOS 42:5 expresó su tormento mental y suplicó el perdón; ¿POR QUÉ TE ABATES, OH ALMA MÍA, Y TE TURBAS DENTRO DE MÍ? Pasaba por momentos de desánimo, de depresión, se estaba autodiagnosticándose emocional y espiritualmente de su corazón enfermo, que secretos de su corazón le estaban haciendo daño y se decía EXAMÍNAME, OH DIOS, Y CONOCE MI CORAZÓN; PRUÉBAME Y CONOCE MIS PENSAMIENTOS; Y VE SI HAY EN MÍ CAMINO DE PERVERSIDAD, Y GUÍAME EN EL CAMINO ETERNO (SALMOS 139:23-24), quería conocer cuál era la verdadera condición de su corazón que había sido fracturado, y pueden ser muchas las circunstancias, pero el diagnóstico del Señor Jesús sobre esta enfermedad es concluyente: “PORQUE DEL CORAZÓN SALEN LOS MALOS PENSAMIENTOS, LOS HOMICIDIOS, LOS ADULTERIOS, LAS INMORALIDADES SEXUALES, LOS ROBOS, LOS FALSOS TESTIMONIOS Y LAS BLASFEMIAS. ESTAS COSAS SON LAS QUE CONTAMINAN AL HOMBRE…” (MATEO 15:19-20).

Un corazón enfermo lo sufrimos todos desde que nacemos a consecuencia de la TRANSFERENCIA DE MALDICIONES Y PECADOS GENERACIONALES, David conocía que en maldad había sido formado, y en pecado lo concibió su madre... (SALMOS 51:5), refiriéndose al pecado original (lee ROMANOS 5:12). Pero sabes, nuestro corazón está enfermo también por la HERENCIA ANCESTRAL la mala genética hereditaria de los padres, abuelos, bisabuelos y tatarabuelos (rechazo, abandono, lujuria, miseria, depresión, soledad, victimización, mentira, amargura, codicia, etc), batallas que padecerás por la programación de la genética, las cuales no se conocen y en algún momento de la vida se activan, a David su genética lo alcanzó, era bisnieto de Rut una moabita, una tribu producto de una relación de incesto, y al caer en pecado de adulterio el Rey David padeció su genética hereditaria.

Durante la vida también se provocan HERIDAS DEL CORAZÓN, que muchas veces han venido a nuestra vida para destruirnos o inhabilitarnos en el propósito de lo que Dios quiere para nosotros e ignorar este síntoma nos impedirá desarrollarnos, fluir o alcanzar nuestro propósito en Dios, posiblemente porque han sido eventos muy duros o traumáticos y muchas veces al recordarlos, volvemos a sentir aquel mismo dolor que nos hace daño. Algunas pueden ser: abandono de padres fracturados con un abuso, con rechazos; tal vez con la pérdida de un ser querido o la traición de alguien que amabas; vivencias, experiencias en el diario vivir porque fuimos lastimados; dice la Palabra de DIOS: SOBRE TODA COSA GUARDADA, GUARDA TU CORAZÓN; PORQUE DE ÉL MANA LA VIDA (PROVERBIOS 4:23). Cuando hay heridas que no han sanado nos olvidamos del alimento espiritual. Es por eso que cuando un creyente, de pronto, comienza a ausentarse de la iglesia, a perder el interés por la Palabra, cuando ya no encuentra delicias en la Palabra de Dios, es señal de que hay heridas profundas y entra en tener DUREZA DE CORAZÓN y el Rey David lo sufrió: MI CORAZÓN ESTÁ HERIDO, Y SECO COMO LA HIERBA, POR LO CUAL ME OLVIDO DE COMER MI PAN (SALMOS 102:4). En la DUREZA DE CORAZÓN: no escuchas ni atiendes (someter y obedecer) la palabra de DIOS que es enviada a través de su espíritu, un proceso por el cual una persona deja de tener conciencia de un acto de maldad cometido o de una actitud pecaminosa adoptada, como orgullo, impiedad, odio, lujuria, etc., porque ENGAÑOSO ES EL CORAZÓN, MÁS QUE TODAS LAS COSAS, Y SIN REMEDIO. ¿QUIÉN LO CONOCERÁ? (JEREMÍAS 17:9).

Finalmente es necesario precisar que cuando el alma se enferma se enferma el cuerpo, el diagnóstico médico que sufría el Rey David es concluyente: TEN MISERICORDIA DE MÍ, OH JEHOVÁ, PORQUE ESTOY ENFERMO; SÁNAME, OH JEHOVÁ, PORQUE MIS HUESOS SE ESTREMECEN. MI ALMA TAMBIÉN ESTÁ MUY TURBADA... (SALMOS 6:2-7).

Para sanar un corazón enfermo es necesario perdonar, Dios nos manda a perdonar, para cortar de raíz las ataduras del alma y tener una liberación, sanidad interior y restauración. David, en su famosa oración de arrepentimiento, descrita en el SALMOS 51, clamaba a Dios de manera muy específica por la restauración de su corazón. En el versículo 10 pidió: “CREA EN MÍ, OH DIOS, UN CORAZÓN LIMPIO”. David sabía que lo que necesitaba realmente era cambiar su corazón. Quizás hoy sea un buen momento para que Dios diagnostique tu corazón, recuerda ÉL SANA A LOS QUEBRANTADOS DE CORAZÓN Y VENDA SUS HERIDAS (SALMOS 147:3).

ORACIÓN: Señor, hoy vengo a ti porque quiero conocer el diagnóstico de mi corazón enfermo, qué cosas ocultas hay en él, cuál es el origen de mi dolor, ¡LA VIDA EMANA DE ÉL!, ya no quiero anestesiar el dolor de mi corazón con drogas ni con medicamentos, vengo a tu presencia a ponerme a cuentas contigo, a confesar mis pecados, ayúdame a saber perdonar, libera mi corazón cautivo de toda amargura. Sé que solo tú eres el médico infalible de corazones rotos y espíritus heridos, y la respuesta a todas mis necesidades. NECESITO UN CORAZÓN NUEVO, UNO QUE ME PERMITA SER AMADO O AMADA, Y ASÍ PODER AMAR A LOS DEMÁS. ¡AMÉN!

Preguntas para reflexionar:

1. ¿Tienes un corazón enfermo, que requiere liberación y tratamiento?
2. Te has preguntado que hay en tu genética hereditaria, ¿ya que hay batallas espirituales que peleas y no entiendes el origen de las mismas?
3. ¿Qué pecados te tienen cautivo, que no le has confesado a Dios, y que están enfermando tu alma y cuerpo?

Escrito por Erica Quintanar Zamudio