YouVersion Logo
Search Icon

Operación A Corazón AbiertoSample

Operación A Corazón Abierto

DAY 1 OF 6

INTRODUCCIÓN

No podemos atender al llamado de Dios y tomar el lugar que nos ha dado para ejercer, si nuestro corazón no es sanado, restaurado, transformado, fortalecido y activado para trabajaren la obra de los últimos tiempos.

Nuestra mente y pensamientos deben ser alineados y cambiados para pensar como Jesús lo hace; ya que esperamos su regreso con gran poder y gran gloria.

Por lo tanto, en esta generación se requiere ser preparados y capacitados para recibir al Mesías que viene pronto y así tomar el lugar que nos corresponde para tal labor encomendada.

Solo aquellos que tengan la conciencia de amar a Jesús con toda su alma, con todo su corazón, con toda su mente y todas sus fuerzas, serán capaces de acudir al llamado a cumplir su propósito y aceptarlo. El plan divino que el Padre planeó desde el principio para cada uno de sus hijos.Y para tal respuesta, se necesita tener un corazón conforme al corazón de Dios.

Muchos de los impedimentos para poder responder al llamado son las heridas en el corazón por diferentes motivos; y es muy necesario que reconozcamos que necesitamos ayuda si es que nuestro corazón no está del todo sano; y es preciso entender y permitir que Dios obre una operación a corazón abierto y sane esas heridas para que tengamos un corazón preparado y dispuesto para responder a la voz de Dios llamándonos.

Así nuestra vida será transformada en el momento en que dejemos atrás todas las experiencias dolorosas y aquellas relaciones que nos mantiene atados a sentimientos y pensamientos erróneos. Debemos tomar conciencia de que es necesario dejarnos “intervenir” por Dios para sanar todo lo que esta dañado dentro de nuestra alma. Todo esto que arrastramos sin sanar constituye un estorbo y un gran lastre que no permite que avancemos en nuestra vida y en el llamado que Dios nos hace.

Y es solo en el amor del Padre, la verdad de Jesús y en el poder del Espíritu Santo que se traerá la restauración y sanidad a esta generación a la que pertenecemos, que ha sido identificada para proclamar las virtudes de Aquel que nos llamó a Su luz admirable en los últimos tiempos.

¡Dame, hijo mío tu corazón y miren tus ojos por mis caminos! Proverbios 23:26

DIOS QUIERE TU CORAZÓN

Cuando hablamos de recibir a Jesucristo en nuestro corazón a lo que realmente se refiere es a que queremos que Dios transforme nuestro corazón. Al leer esta cita, parece que Dios no quiere hacerle una cirugía a nuestro corazón sino más bien ¡quiere hacer un trasplante! ¿Te suena familiar el proceso? Bueno lo veremos conforme avancemos en este plan de lectura. Dios quiere nuestro corazón porque como dice esta escritura, nos va a dar un corazón de carne, esto quiere decir que si permitimos que Dios venga y tome control de nuestra vida, hay que empezar por darle el corazón para que Él nos devuelva uno más suave que desee hacer la voluntad de Su Espíritu, dejando así atrás el corazón duro inclinado a hacer lo malo.

Al ser obra de Dios, Dios sabe de qué pie cojeamos, por eso su gran mandamiento es que lo amemos con todo nuestro corazón, con toda nuestra alma, y con todas nuestras fuerzas (Deut. 6:5-6). El corazón que describe esta escritura es parte del alma donde residen los pensamientos, las emociones y la voluntad. Pero hace este énfasis porque cuando uno piensa en el corazón, lo asocia con emociones, ¿correcto? Por eso existen expresiones como:

  • Tiene un gran corazón” para describir a una persona bondadosa o generosa, no porque físicamente tenga un corazón grande
  • Te lo dijo con el corazón en la mano” refiriéndose a una persona en un estado vulnerable o que expresa algo sinceramente
  • Tiene el corazón roto” para describir a una persona que está triste o está pasando un momento muy difícil. No en el sentido literal.

Es así como las expresiones del corazón en sentido figurado que utilizamos sirven para hacer referencia a nuestra reacción ante situaciones en la vida cotidiana que generan emociones buenas o malas y que se guardan en el corazón. Y eso se refleja en nuestro día a día, porque inconscientemente mostramos nuestro corazón en el mundo que nos rodea (Prov 27:19) y las personas ven nuestro corazón por las cosas que atesoramos, las cosas buenas o malas que hacemos a otros o por las palabras que salen de nuestra boca (Lucas 6:45).

El corazón de una persona es la parte central de su ser y de su voluntad, para entregárselo a Dios, debe existir arrepentimiento y humildad. El rey David escribió un salmo después de que había pecado. Estaba triste y dolido y buscaba desesperadamente a Dios por algo que sólo Él podía darle, un corazón limpio (Sal 51:10). En este salmo David también habla de que un corazón en un estado contrito y humillado (roto) es un sacrificio que a Dios le agrada (Sal 51:17). A través de entregar el corazón a Dios, Él transforma a la persona y cambia la forma en que piensa y actúa.

En resumen, nuestro corazón le importa a Dios porque quiere moldearlo para que entendamos cuál es Su voluntad para nuestra vida, por tanto, busquemos a Dios de todo corazón en este plan de lectura.

Oración: “Padre, te entrego mi corazón de forma voluntaria y, como David oró, te pido que crees en mi un corazón limpio, que renueves un espíritu recto dentro de mí, a ti te agrada el espíritu quebrantado y no te es indiferente un corazón roto, transfórmame y permíteme entender cuál es tu voluntad para mi vida. En el nombre de Jesucristo. Amén”.

Preguntas para ti:

¿Ya le entregaste tu corazón a Jesucristo? Si no, este es el momento

¿Reconoces hacer Su voluntad o sigues haciendo la tuya?

Escrito por Claudia Haro

Day 2

About this Plan

Operación A Corazón Abierto

No podemos atender al llamado de Dios y tomar el lugar que nos ha dado para ejercer, si nuestro corazón no es sanado, restaurado, transformado, fortalecido y activado para trabajar en la obra de los últimos tiempos. Así nuestra vida será transformada en el momento en que dejemos atrás todas las experiencias dolorosas y aquellas relaciones que nos mantiene atados a sentimientos y pensamientos erróneos. Todo esto que arrastramos sin sanar constituye un estorbo y un gran lastre que no permite que avancemos en nuestra vida y en el llamado que Dios nos hace. Claudia Haro

More