Quinta Palabra

GOZO

Pero el ángel les dijo: No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo (Lucas 2:10).

En todos los tiempos, me parece que es muy probable que al escuchar o leer la palabra noticias, la gente espere malas noticias en lugar de buenas. Tal vez por eso los ángeles que entregaron la quinta palabra profética de el nacimiento a un grupo de pastores que cuidaban un rebaño de ovejas durante la noche sintieron la necesidad de asegurar de inmediato a su audiencia que estaban a punto de escuchar buenas noticias: "Había pastores en la misma región que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño. Y he aquí un ángel del Señor se les presentó, y la gloria del Señor los rodeó de resplandor; y tuvieron gran temor. Entonces el ángel les dijo: No temáis, porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo" (Lucas 2:8-10).

Se puede entender por qué estos pastores se sobresaltaron. Se habían preparado para otra larga y tranquila noche de vigilancia de los rebaños contra depredadores y ladrones; una de las miles que habían experimentado en el pasado, cuando de repente un ser luminoso aparece ante ellos y todo el campamento se baña en una luz resplandeciente. Es como si se hubiera abierto un portal hacia el cielo mismo y la gloria del trono de Dios se derramara desde él hacia la oscura noche de Judea. Y en cierto sentido, así es.

Las primeras palabras de Gabriel a Zacarías habían sido: "No tengas miedo". Del mismo modo, su segunda frase a María fue: "No tengas miedo". ¿Se trata de Gabriel otra vez? Es muy posible, pero la Biblia no identifica a este mensajero. Lo que sí sabemos es que el ángel comienza con esas mismas palabras de tranquilidad y consuelo.

Siguen una razón. Viene con noticias maravillosas... noticias que traerán alegría a "todas las personas". El mensaje del ángel es, literalmente, "Alegría para el mundo".

Aquellos de nosotros que vivimos en el siglo XXI no tenemos forma de imaginar cuán oscuro era el mundo antes de que Jesús entrara en él dejando atrás una Iglesia que es literalmente Su cuerpo y presencia, extendiéndose por todo el planeta como una fragancia dulce y vivificante. No tenemos idea de cuán saturado de violencia demoníaca, esclavitud, opresión, sufrimiento e injusticia estaba cada rincón y grieta de este mundo antes de que llegara ese bebé.

¿Cuál es esta alegre noticia? "Que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo el Señor, el Mesías, el Hijo del Hombre, el Hijo del Hombre, el Mesías Señor” (Lucas 2:11).